Descripción
Los lithops se asemejan notablemente a las piedras, por ello se les conoce también como piedras vivas. Son plantas muy carnosas, con un tallo corto del que emergen dos hojas unidas muy gruesas, normalmente de un color marrón o graisáceo.
Floración: las flores suelen ser de color blanco o amarillo, semejantes a las margaritas, de pequeñas dimensiones y con un leve aroma. Crecerán entre las dos hojas. Abrirán después del mediodía y se volverán a cerrar por la noche. La época en la que florecerá será el otoño.
El lithops inicia un período vegetativo durante los meses de verano, de mayo a octubre.
Cuidados
Riego: Necesita un riego regular pero no muy abundante. Durante el invierno, en su período de reposo, el riego debe ser casi inexistente, ya que corremos riesgo de encharcamiento y podredumbre.
Luz: debemos colocar al lithops a pleno sol.
Tipo de suelo: crece de manera óptima en una tierra ligeramente ácida. Lo ideal es una mezcla de tierra arenosa y gravilla.
Multiplicación: podemos obtener nuevos ejemplares fácilmente mediante la división de su mata.
Curiosidades
En su hábitat natural, los desiertos africanos, los niños de las tribus nómadas comen lithops para aplacar la sed.
Nunca debemos permitir que un par de hojas nuevo conviva con uno antiguo, éste último tendrá que secarse antes de que crezca el retoño.
Los lithops no deben medir más de dos centímetros de altura, que es su tamaño natural. Si un ejemplar crece más de esta medida significa que tiene exceso de agua o falta de luz.
viernes, 10 de octubre de 2008
jueves, 9 de octubre de 2008
Echeveria elegans: la rosa de alabastro
Perteneciente a la familia de las crasas o suculentas, la echeveria elegans, la más popular de su especie, es una excelente opción ornamental para darle un toque exótico a nuestro jardín. Procede de México, donde se encuentra en peligro de extinción, y es conocida también como rosa de alabastro, por la similitud de la piedra con el color de sus hojas. Éstas, ovales y gruesas, están dispuestas como una roseta apretada, recordando a los pétalos de las rosas. Su mayor ventaja es que es muy resistente a la sequía, por lo que se convierte en una planta ideal para lugares con lluvias escasas.
Más de 150 variedades componen la especie echeveria,llamada así en honor al botánico mexicano que la descubrió, Echeverría. La elegans, una de las más conocidas, no tiene tallo, así que emerge directamente del suelo como una gruesa roseta de hojas ovales de unos 2-6 cm. de largo y 2 cm. de ancho. Su floración tiene lugar en primavera, entre marzo y junio, época en la que podemos disfrutar de sus inflorescencias en forma de racimo de color rosa y amarillo.
Estas características hacen de esta suculenta una opción ideal para cubrir lentamente superficies complicadas del jardín (a modo de tapizante), cultivar en cubeta o maceta, y, sobre todo, para decorar y completar rocallas y arriates. Sus posibilidades ornamentales son enormes.
Los cuidados que necesita
La echeveria destaca por ser una planta resistente que soporta sin problemas las carencias de agua y las altas temperaturas. Al proceder de zonas cálidas de México, se trata de una elección perfecta tanto para el interior como para los exteriores, siempre y cuando fuera el clima no sea excesivamente lluvioso o frío (aguanta unos cuantos grados bajo cero). Para su ubicación elegiremos pleno sol, donde sus flores y hojas adquirirán tonos más intensos. También se desarrolla bien en sombra ligera o semisombra.
Prefiere los terrenos pobres, aunque se adapta bien a otras condiciones, y es importante que estén bien drenados. Lo mejor, sobre todo si cultivamos en maceta, es recurrir a un suelo mezcla de arena, sustrato rico en materia orgánica y tierra de jardín. No necesitan abono, aunque podemos enriquecer su crecimiento en primavera con fertilizante diluido especial para cactus.
Respecto al riego, ya hemos indicado que no necesita mucha agua. Si la planta está en una maceta, tendremos especial cuidado con los encharcamientos y no olvidaremos sacarla al aire libre en primavera. En caso de estar en el jardín, regaremos moderadamente en verano y escasamente en invierno, evitando mojar las hojas, ya que no tolera bien los excesos de humedad. No olvides eliminar las floraciones marchitas y racimos pasados: la planta te lo agradecerá con un crecimiento más vigoroso.
Multiplicación y problemasLas dificultades de su cultivo vienen por el exceso de riego. La podredumbre y los hongos pueden aprovechar esta circunstancia para acabar con la planta. La mejor forma de no llegar a este extremo es regando racionalmente, sin empapar, y evitando mojar las hojas. Respecto a las plagas, estaremos pendientes de las cochinillas, los pulgones y las babosas. .
La forma más común de reproducirla es plantando esquejes al comenzar el verano, aunque también es posible a través de semillas. Las hojas más adecuadas para multiplicar son las que se sueltan con facilidad del tallo. De uno de ellos, es sencillo obtener preciosas rosetas de echeveria que pueden durar hasta siete años. Sin duda, harán las delicias de cualquier rocalla o jardín.
Más de 150 variedades componen la especie echeveria,llamada así en honor al botánico mexicano que la descubrió, Echeverría. La elegans, una de las más conocidas, no tiene tallo, así que emerge directamente del suelo como una gruesa roseta de hojas ovales de unos 2-6 cm. de largo y 2 cm. de ancho. Su floración tiene lugar en primavera, entre marzo y junio, época en la que podemos disfrutar de sus inflorescencias en forma de racimo de color rosa y amarillo.
Estas características hacen de esta suculenta una opción ideal para cubrir lentamente superficies complicadas del jardín (a modo de tapizante), cultivar en cubeta o maceta, y, sobre todo, para decorar y completar rocallas y arriates. Sus posibilidades ornamentales son enormes.
Los cuidados que necesita
La echeveria destaca por ser una planta resistente que soporta sin problemas las carencias de agua y las altas temperaturas. Al proceder de zonas cálidas de México, se trata de una elección perfecta tanto para el interior como para los exteriores, siempre y cuando fuera el clima no sea excesivamente lluvioso o frío (aguanta unos cuantos grados bajo cero). Para su ubicación elegiremos pleno sol, donde sus flores y hojas adquirirán tonos más intensos. También se desarrolla bien en sombra ligera o semisombra.
Prefiere los terrenos pobres, aunque se adapta bien a otras condiciones, y es importante que estén bien drenados. Lo mejor, sobre todo si cultivamos en maceta, es recurrir a un suelo mezcla de arena, sustrato rico en materia orgánica y tierra de jardín. No necesitan abono, aunque podemos enriquecer su crecimiento en primavera con fertilizante diluido especial para cactus.
Respecto al riego, ya hemos indicado que no necesita mucha agua. Si la planta está en una maceta, tendremos especial cuidado con los encharcamientos y no olvidaremos sacarla al aire libre en primavera. En caso de estar en el jardín, regaremos moderadamente en verano y escasamente en invierno, evitando mojar las hojas, ya que no tolera bien los excesos de humedad. No olvides eliminar las floraciones marchitas y racimos pasados: la planta te lo agradecerá con un crecimiento más vigoroso.
Multiplicación y problemasLas dificultades de su cultivo vienen por el exceso de riego. La podredumbre y los hongos pueden aprovechar esta circunstancia para acabar con la planta. La mejor forma de no llegar a este extremo es regando racionalmente, sin empapar, y evitando mojar las hojas. Respecto a las plagas, estaremos pendientes de las cochinillas, los pulgones y las babosas. .
La forma más común de reproducirla es plantando esquejes al comenzar el verano, aunque también es posible a través de semillas. Las hojas más adecuadas para multiplicar son las que se sueltan con facilidad del tallo. De uno de ellos, es sencillo obtener preciosas rosetas de echeveria que pueden durar hasta siete años. Sin duda, harán las delicias de cualquier rocalla o jardín.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Asiento de suegra
Se trata de uno de los cactus más populares, pero debido a su masiva comercialización es difícil encontrarlo en estado salvaje pues está casi en extinción. Se puede cultivar en macetas y no necesita grandes atenciones ni cuidados, por lo que puede ser una buena elección para nuestro hogar, si no tenemos mucho tiempo para dedicar a la jardinería y no nos resignamos a no tener plantas en casa.
Conocido también como bola de oro, barril de oro o cojín de suegra, su nombre científico es Echinocactus grusonii. Proviene del griego echinos, erizo, que describe a la perfección el aspecto de la planta.
Es un cactus originario del centro de México y del suroeste de Estados Unidos, donde existen unas diez especies de echinocactus. Se trata de una planta muy longeva ya que puede llegar a vivir más de 100 años.
Cultivada en casa puede crecer hasta los 40 cm, pero en su hábitat natural llega a alcanzar más de 1 m. de altura, siempre con un crecimiento muy lento. Tiene un tallo globular con la parte superior aplastada. Es de color verde con las espinas de un tono amarillo azufre.
En los ejemplares adultos (unos 15 años) que reciben suficiente luz solar, y en épocas estivales, se presentan flores que sólo duran 3 ó 4 días. En plantas cultivadas en interior no esperaremos que florezcan, pues esto ocurre muy raramente. También de color amarillo, más brillante e intenso por dentro, tienen forma de embudo y miden unos 5 cm.
El asiento de suegra aguanta bastante bien las temperaturas extremas. Puede resistir hasta los -5 ºC siempre que sean ejemplares adultos, sanos y estén en suelo seco. Los jóvenes tienen que estar protegidos del sol pues pueden llegar a quemarse. Cuando están totalmente desarrollados tienen que vivir en el exterior por lo que iniciaremos su exposición a la luz poco a poco, hasta que puedan soportarla completamente, evitando al principio las horas centrales del día.
No necesitan mucha agua: un riego regular sin excesos en verano, y muy escaso en invierno, casi nulo. El echinocactus se reproduce por semillas, de color negro, y la germinación dura entre 5 y 7 días.
Como cualquier planta, también se puede ver afectada por plagas. Son sensibles sobre todo a las cochinillas que le producen un debilitamiento general. Podemos acabar con ellas mediante pulverización de productos químicos específicos. Hay que poner mucho cuidado porque bastará con que sobreviva una para que la plaga se vuelva a reproducir. Así que, si es necesario, las eliminaremos con las manos para asegurarnos de que el cactus está totalmente sano.
Los pulgones también pueden causar estragos al chupar la savia de las hojas y del tallo. Hay insectos, como las mariquitas, que por alimentarse de ellos resultan ideales para controlarlos.
Conocido también como bola de oro, barril de oro o cojín de suegra, su nombre científico es Echinocactus grusonii. Proviene del griego echinos, erizo, que describe a la perfección el aspecto de la planta.
Es un cactus originario del centro de México y del suroeste de Estados Unidos, donde existen unas diez especies de echinocactus. Se trata de una planta muy longeva ya que puede llegar a vivir más de 100 años.
Cultivada en casa puede crecer hasta los 40 cm, pero en su hábitat natural llega a alcanzar más de 1 m. de altura, siempre con un crecimiento muy lento. Tiene un tallo globular con la parte superior aplastada. Es de color verde con las espinas de un tono amarillo azufre.
En los ejemplares adultos (unos 15 años) que reciben suficiente luz solar, y en épocas estivales, se presentan flores que sólo duran 3 ó 4 días. En plantas cultivadas en interior no esperaremos que florezcan, pues esto ocurre muy raramente. También de color amarillo, más brillante e intenso por dentro, tienen forma de embudo y miden unos 5 cm.
El asiento de suegra aguanta bastante bien las temperaturas extremas. Puede resistir hasta los -5 ºC siempre que sean ejemplares adultos, sanos y estén en suelo seco. Los jóvenes tienen que estar protegidos del sol pues pueden llegar a quemarse. Cuando están totalmente desarrollados tienen que vivir en el exterior por lo que iniciaremos su exposición a la luz poco a poco, hasta que puedan soportarla completamente, evitando al principio las horas centrales del día.
No necesitan mucha agua: un riego regular sin excesos en verano, y muy escaso en invierno, casi nulo. El echinocactus se reproduce por semillas, de color negro, y la germinación dura entre 5 y 7 días.
Como cualquier planta, también se puede ver afectada por plagas. Son sensibles sobre todo a las cochinillas que le producen un debilitamiento general. Podemos acabar con ellas mediante pulverización de productos químicos específicos. Hay que poner mucho cuidado porque bastará con que sobreviva una para que la plaga se vuelva a reproducir. Así que, si es necesario, las eliminaremos con las manos para asegurarnos de que el cactus está totalmente sano.
Los pulgones también pueden causar estragos al chupar la savia de las hojas y del tallo. Hay insectos, como las mariquitas, que por alimentarse de ellos resultan ideales para controlarlos.
martes, 7 de octubre de 2008
Cactus de Navidad
Descripción
Se trata de un cactus que se ha hecho muy popular en nuestros hogares durante la Navidad debido a su colorida floración en esta época del año.
Su tallo es cilíndrico con hojas largas, anchas y segmentadas, de entre 4 y 6 centímetros de longitud y color verde oscuro.
El borde de sus segmentos está formado por dientes en forma de sierra, un detalle que nos ayuda a diferenciarlo del cactus de Pascua, cuyos segmentos no presentan estridencias.
Su crecimiento es moderado, alcanzando una altura máxima de 40 centímetros. Es muy común que se esparrame alrededor de la maceta, por eso mucha gente la cuelga del techo.
Floración: suele producirse entre los meses de noviembre y enero. En función de la variedad, pueden adoptar un color blanco, naranja o rojizo, siendo este último el más común. La flor nace en el ápice de los tallos, y su corola está formada por múltiples pétalos ligeramente curvados. En caso de que el cactus no florezca, podemos forzarlo restringiéndole las horas de luz diurna.
Cuidados
Riego: a pesar de ser un cactus, su origen tropical nos dice que no debemos descuidarnos en este apartado. En época de calor, conviene regarlo un par de veces por semana, además de pulverizar la planta con agua de vez en cuando. En épocas de frío, será suficiente con un riego semanal.
Luz: podemos dejar el cactus de Navidad en el exterior mientras haga calor y la temperatura no baje de los 12º C. Colocarlo siempre en una zona de semi-sombra, sin que la luz del sol incida directamente sobre él. Con la llegada del frío, es conveniente refugiarlo en el interior de nuestros hogares.
Tipo de suelo: es importante que tenga un buen drenaje y no retenga el agua ya que sus hojas se pudren con facilidad. Para ello, mezclamos dos partes de turba por cada una de tierra, buscando siempre un sustrato suelto y con un pH comprendido entre 5 y 6.
Abonado: los fertilizantes ricos en potasio mejorarán notablemente su floración con una aplicación cada 15 días. Para fortalecer el crecimiento de la planta, podemos optar por abonos ricos en hierro.
Reproducción: la llegada del buen tiempo es un buen momento para plantar los primeros esquejes. Para ello, cortaremos una pequeña parte del tallo y la plantaremos directamente sobre un sustrato ligeramente húmedo, dejándola secar al menos un día entero. Luego tendremos que esperar dos meses a que enraíce.
Curiosidades
No es muy amiga de los trasplantes, por eso es suficiente con hacer un cambio de maceta cuando haya crecido notablemente y sus raíces no tengan más espacio para crecer.
Cuando sufre exceso de riego sus hojas comienzan a marchitarse rápidamente.
Las corrientes de aire pueden provocar que las flores se caigan prematuramente. Elige bien el sitio donde la vas a colocar durante el invierno.
Las plagas de araña roja y cochinilla son sus peores enemigas. El exceso de sequedad ambiental facilita mucho su aparición. La mejor solución es recurrir a un insecticida específico.
Se trata de un cactus que se ha hecho muy popular en nuestros hogares durante la Navidad debido a su colorida floración en esta época del año.
Su tallo es cilíndrico con hojas largas, anchas y segmentadas, de entre 4 y 6 centímetros de longitud y color verde oscuro.
El borde de sus segmentos está formado por dientes en forma de sierra, un detalle que nos ayuda a diferenciarlo del cactus de Pascua, cuyos segmentos no presentan estridencias.
Su crecimiento es moderado, alcanzando una altura máxima de 40 centímetros. Es muy común que se esparrame alrededor de la maceta, por eso mucha gente la cuelga del techo.
Floración: suele producirse entre los meses de noviembre y enero. En función de la variedad, pueden adoptar un color blanco, naranja o rojizo, siendo este último el más común. La flor nace en el ápice de los tallos, y su corola está formada por múltiples pétalos ligeramente curvados. En caso de que el cactus no florezca, podemos forzarlo restringiéndole las horas de luz diurna.
Cuidados
Riego: a pesar de ser un cactus, su origen tropical nos dice que no debemos descuidarnos en este apartado. En época de calor, conviene regarlo un par de veces por semana, además de pulverizar la planta con agua de vez en cuando. En épocas de frío, será suficiente con un riego semanal.
Luz: podemos dejar el cactus de Navidad en el exterior mientras haga calor y la temperatura no baje de los 12º C. Colocarlo siempre en una zona de semi-sombra, sin que la luz del sol incida directamente sobre él. Con la llegada del frío, es conveniente refugiarlo en el interior de nuestros hogares.
Tipo de suelo: es importante que tenga un buen drenaje y no retenga el agua ya que sus hojas se pudren con facilidad. Para ello, mezclamos dos partes de turba por cada una de tierra, buscando siempre un sustrato suelto y con un pH comprendido entre 5 y 6.
Abonado: los fertilizantes ricos en potasio mejorarán notablemente su floración con una aplicación cada 15 días. Para fortalecer el crecimiento de la planta, podemos optar por abonos ricos en hierro.
Reproducción: la llegada del buen tiempo es un buen momento para plantar los primeros esquejes. Para ello, cortaremos una pequeña parte del tallo y la plantaremos directamente sobre un sustrato ligeramente húmedo, dejándola secar al menos un día entero. Luego tendremos que esperar dos meses a que enraíce.
Curiosidades
No es muy amiga de los trasplantes, por eso es suficiente con hacer un cambio de maceta cuando haya crecido notablemente y sus raíces no tengan más espacio para crecer.
Cuando sufre exceso de riego sus hojas comienzan a marchitarse rápidamente.
Las corrientes de aire pueden provocar que las flores se caigan prematuramente. Elige bien el sitio donde la vas a colocar durante el invierno.
Las plagas de araña roja y cochinilla son sus peores enemigas. El exceso de sequedad ambiental facilita mucho su aparición. La mejor solución es recurrir a un insecticida específico.
jueves, 2 de octubre de 2008
Melisa
Nombre Científico: Mellisa officinalis
De la familia: Labiadas
Orígen: Sur y centro de Europa.
Descripción
Se trata de una planta vivaz que crece de forma silvestre en terrenos ricos en nutrientes y con mucha sombra, pudiendo llegar a alcanzar los 80 cm de altura.
Sus hojas, perennes, son acopladas, dentadas y con un olor a limón muy característico, de color verde, muy vivo. Presentan una ligera vellosidad en su superficie.
Sus tallos se distinguen por ser rectos y angulosos, ramificados desde la base. Disponen las hojas en pares opuestos.
También se le conoce con el nombre de 'toronjil', debido a su intenso aroma que recuerda mucho al limón.
Floración: desde mediados de primavera hasta finales de verano. Sus flores son pequeñas, de color blanco o ligeramente rosado, y no son demasiado vistosas. Aparecen agrupadas en verticilos que pueden llegar a contener hasta 10 flores.
Cuidados
Riego: escaso, durante los meses de calor es suficiente con regalarla una vez por semana. Durante el invierno, podemos olvidarnos del riego, siempre y cuando haya un mínimo de precipitaciones. Si optamos por cultivarla en maceta, sí conviene incrementar un poco la frecuencia.
Luz: es una planta que soporta cualquier condición, aunque sus hojas tendrán mejor calidad si la plantamos en semi-sombra.
Tipo de suelo: procura buscar un terreno con buen drenaje y rico en materia orgánica, aunque la melisa puede crecer en zonas muy arenosas y pobres como los bordes de los caminos.
Abonado: anualmente, aplicaremos una pequeña dosis de abono orgánico al inicio de la primavera.
Multiplicación: por esquejes en primavera y otoño, aunque también podemos usar la técnica de división de mata al año siguiente de su cultivo. Si se opta por sembrar semillas, el verano es la mejor estación, ya que necesitan mucho calor para germinar.
Curiosidades
La melisa es una planta ideal para cocinar, ya que sus hojas aportarán un ligero toque de limón a tus platos. Experimenta con ella en tus guisos, sopas, carnes, postres y ensaladas: seguro que aciertas de lleno.
Contiene aceites esenciales que alivian el estrés y nos relajan. Podemos preparar nuestras propias infusiones caseras hirviendo un poco de agua y añadiendo después las hojas secas de melisa.
Además de calmarnos, nos ayuda a combatir el insomnio, las palpitaciones y, en el caso de las mujeres, alivia los dolores causados por la menstruación.
Si la plantamos en maceta y la resguardamos del frío invernal, podemos disfrutar de esta planta aromática durante todo el año.
De la familia: Labiadas
Orígen: Sur y centro de Europa.
Descripción
Se trata de una planta vivaz que crece de forma silvestre en terrenos ricos en nutrientes y con mucha sombra, pudiendo llegar a alcanzar los 80 cm de altura.
Sus hojas, perennes, son acopladas, dentadas y con un olor a limón muy característico, de color verde, muy vivo. Presentan una ligera vellosidad en su superficie.
Sus tallos se distinguen por ser rectos y angulosos, ramificados desde la base. Disponen las hojas en pares opuestos.
También se le conoce con el nombre de 'toronjil', debido a su intenso aroma que recuerda mucho al limón.
Floración: desde mediados de primavera hasta finales de verano. Sus flores son pequeñas, de color blanco o ligeramente rosado, y no son demasiado vistosas. Aparecen agrupadas en verticilos que pueden llegar a contener hasta 10 flores.
Cuidados
Riego: escaso, durante los meses de calor es suficiente con regalarla una vez por semana. Durante el invierno, podemos olvidarnos del riego, siempre y cuando haya un mínimo de precipitaciones. Si optamos por cultivarla en maceta, sí conviene incrementar un poco la frecuencia.
Luz: es una planta que soporta cualquier condición, aunque sus hojas tendrán mejor calidad si la plantamos en semi-sombra.
Tipo de suelo: procura buscar un terreno con buen drenaje y rico en materia orgánica, aunque la melisa puede crecer en zonas muy arenosas y pobres como los bordes de los caminos.
Abonado: anualmente, aplicaremos una pequeña dosis de abono orgánico al inicio de la primavera.
Multiplicación: por esquejes en primavera y otoño, aunque también podemos usar la técnica de división de mata al año siguiente de su cultivo. Si se opta por sembrar semillas, el verano es la mejor estación, ya que necesitan mucho calor para germinar.
Curiosidades
La melisa es una planta ideal para cocinar, ya que sus hojas aportarán un ligero toque de limón a tus platos. Experimenta con ella en tus guisos, sopas, carnes, postres y ensaladas: seguro que aciertas de lleno.
Contiene aceites esenciales que alivian el estrés y nos relajan. Podemos preparar nuestras propias infusiones caseras hirviendo un poco de agua y añadiendo después las hojas secas de melisa.
Además de calmarnos, nos ayuda a combatir el insomnio, las palpitaciones y, en el caso de las mujeres, alivia los dolores causados por la menstruación.
Si la plantamos en maceta y la resguardamos del frío invernal, podemos disfrutar de esta planta aromática durante todo el año.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Margaritas
¿Cuántas veces la nostalgia, los amores, las dudas y los momentos de ilusión han sido acompañados por una solidaria margarita que ofrece sus pétalos para darle una respuesta fiel a nuestras dudas? Las margaritas enriquecen los jardines con su frondoso follaje lleno de flores.
Es originaria de las zonas templadas del hemisferio norte, donde adorna los campos con su belleza. Era frecuente motivo de inspiración de poetas y trovadores, e incluso se utilizaba como un nombre de mujer muy codiciado. La margarita o ‘Chrysanthemun leucanthemum’ es una planta herbácea de la familia de las oasteráceas.
Características
Los pétalos de las margaritas tienen una forma alargada y delgada como lengüetas con profundos entrantes. Los pétalos rodean un botón central dorado o amarillo del cual están sostenidos. Las hojas de las margaritas tienen una forma ovalada. Sus tallos son largos y delgados alcanzando en algunos casos hasta un metro de altura.
Las margaritas generalmente florecen por una larga temporada que va desde parte de la primavera hasta principios del invierno. Estas bellas flores se pueden sembrar con semillas, por división o corte. La mejor época para sembrarlas es la primavera.
Entre las técnicas de sembrado que ofrecen mejores resultados está la de dividir las flores tomando una porción de raíces que debe sembrarse en una tierra fértil, húmeda y bien drenada. Riega tan pronto como termines de sembrarlas y continúa haciéndolo frecuentemente para mantenerlas húmedas. Recuerda que no debes excederte.
Si notas que algunos tallos necesitan cierto soporte para mantenerse rectos, entierra una vara o madera junto al tallo y amárralo para darle apoyo. Debes calcular una distancia de 20 a 50 cm. entre planta y planta. Escoge un lugar soleado; a estas flores les hace falta mucha luz natural.
Cuidados y variedades
Las margaritas deben regarse regularmente sin llegar a anegarlas. Para favorecer el florecimiento continuo de tus margaritas trata de quitarles las flores secas de vez en cuando. Tan pronto los tallos alcancen una altura de aproximadamente unos 40 cm. dales unos pellizcos de la parte media para arriba. Eso fomentará la salida de nuevos brotes.
Si notas que aparecen ciertas manchas blancas en las hojas o follaje, seguramente tus margaritas están infectadas. La mejor forma de tratarlas es con un fungicida elaborado a base de triforine. Si puedes conseguirlo, sigue las instrucciones y aplícalo. Si te resulta difícil encontrarlo, consulta en el vivero más cercano.
Durante el invierno puedes proteger las raíces colocando paja en la base de tus plantas. De esta forma estarán resguardadas de las heladas. Tan pronto termine el mal tiempo, retíralas.
Respecto a las diversas clases de margaritas, hay una gran variedad de ‘Chrysanthemun’. Sin embargo, entre ellas, cambia mucho el aspecto de las flores. Entre las margaritas, se cultivan diferentes tamaños de flor, pero todas pertenecen a la categoría de los ‘Chrysanthemun leaucanthemum’ con excepción de la margarita menor, originaria de Eurasia, a la que se le llama ‘Bellis perennis’.
Es originaria de las zonas templadas del hemisferio norte, donde adorna los campos con su belleza. Era frecuente motivo de inspiración de poetas y trovadores, e incluso se utilizaba como un nombre de mujer muy codiciado. La margarita o ‘Chrysanthemun leucanthemum’ es una planta herbácea de la familia de las oasteráceas.
Características
Los pétalos de las margaritas tienen una forma alargada y delgada como lengüetas con profundos entrantes. Los pétalos rodean un botón central dorado o amarillo del cual están sostenidos. Las hojas de las margaritas tienen una forma ovalada. Sus tallos son largos y delgados alcanzando en algunos casos hasta un metro de altura.
Las margaritas generalmente florecen por una larga temporada que va desde parte de la primavera hasta principios del invierno. Estas bellas flores se pueden sembrar con semillas, por división o corte. La mejor época para sembrarlas es la primavera.
Entre las técnicas de sembrado que ofrecen mejores resultados está la de dividir las flores tomando una porción de raíces que debe sembrarse en una tierra fértil, húmeda y bien drenada. Riega tan pronto como termines de sembrarlas y continúa haciéndolo frecuentemente para mantenerlas húmedas. Recuerda que no debes excederte.
Si notas que algunos tallos necesitan cierto soporte para mantenerse rectos, entierra una vara o madera junto al tallo y amárralo para darle apoyo. Debes calcular una distancia de 20 a 50 cm. entre planta y planta. Escoge un lugar soleado; a estas flores les hace falta mucha luz natural.
Cuidados y variedades
Las margaritas deben regarse regularmente sin llegar a anegarlas. Para favorecer el florecimiento continuo de tus margaritas trata de quitarles las flores secas de vez en cuando. Tan pronto los tallos alcancen una altura de aproximadamente unos 40 cm. dales unos pellizcos de la parte media para arriba. Eso fomentará la salida de nuevos brotes.
Si notas que aparecen ciertas manchas blancas en las hojas o follaje, seguramente tus margaritas están infectadas. La mejor forma de tratarlas es con un fungicida elaborado a base de triforine. Si puedes conseguirlo, sigue las instrucciones y aplícalo. Si te resulta difícil encontrarlo, consulta en el vivero más cercano.
Durante el invierno puedes proteger las raíces colocando paja en la base de tus plantas. De esta forma estarán resguardadas de las heladas. Tan pronto termine el mal tiempo, retíralas.
Respecto a las diversas clases de margaritas, hay una gran variedad de ‘Chrysanthemun’. Sin embargo, entre ellas, cambia mucho el aspecto de las flores. Entre las margaritas, se cultivan diferentes tamaños de flor, pero todas pertenecen a la categoría de los ‘Chrysanthemun leaucanthemum’ con excepción de la margarita menor, originaria de Eurasia, a la que se le llama ‘Bellis perennis’.
martes, 30 de septiembre de 2008
Begonia
La begonia pertenece a un extenso conjunto de plantas de hermosas flores de exterior e interior. Estas bonitas plantas surgen en forma de semiarbustos, anuales y bianuales.
El origen de la begonia hace de ella una planta de sombra, pues procede de los bosques lluviosos tropicales o subtropicales de América, Asia y África, donde todavía hoy se siguen encontrando variedades desconocidas de esta planta.
El cultivo intensivo de la begonia durante los últimos doscientos años ha transformado en gran medida la forma de esta flor. Por eso, han surgido nuevas plantas híbridas que hacen que el género 'begonia' o 'begoniácea' sea ciertamente inabarcable.
Una gran variedad de especies
Las begoniáceas son una gran multitud de especies entre las que existen notables diferencias y peculiaridades. Se pueden clasificar en dos grandes grupos: las de hojas y las de flores.
Begonias de hojasEste tipo de begonia se cultiva precisamente por la hermosura de sus hojas. En algunas de ellas se da incluso una sorprendente variedad cromática en sus pétalos. Las 'begonias rex' pertenecen al grupo de hoja, al igual que la de arbusto, 'begonia credeneri' y otras muchas.
Quizás, la más conocida de todas es la 'begonia rex'. Puede tener grandes hojas dentadas en tonalidades rojas o rojo violeta, en ocasiones con bordes color verde. También es posible que las flores tengan unas hojas mucho más pequeñas que otras, a menudo lobadas y de color rojo, gris o verde y, además, en la mayoría de los casos, manchadas en gris plata. Algunas de estas bonitas especies de 'begonia rex' son la 'bella rotrauda', de hojas rojinegras, rosa púrpura y gris plata, o la 'obra maestra', de hojas color púrpura y carmín, nerviaciones pardas y dibujos plateados.
Para cuidar este tipo de flor es suficiente con instalarlas en un hábitat caliente, sobre todo, en una ventana que dé al norte, ya que no soportan la luz directa del sol. Hay que regarlas con cuidado porque el cepellón de las raíces ha de estar húmedo de manera uniforme, es decir, ni seco ni empapado.
Begonias de flores
Pertenecen a esta variedad las begonias más bonitas y llamativas de interior, y pero también curiosas especies de exterior. Existen, por tanto, cuatro grupos que pertenecen a las begonias de flores: 'begonia de Lorena', 'begonias elatior', 'begonias semperflorens' y 'begonias tuberosas'.
Las begonias de Lorena se pueden encontrar en las floristerías en otoño y deben estar en habitaciones claras y a una temperatura de unos 18 grados centígrados.
Las 'elatior' tiene unos colores que permanecen vivos durante mucho tiempo y, por eso, son las favoritas de los cultivadores. Florecen en blanco, amarillo, rosa y rojo. Su floración es en otoño y también en invierno.
Las 'begonias semperflorens' son diferentes al resto de las begonias. Éstas florecen a pesar de las condiciones climatológicas y, por ello, son aptas para formar macizos al aire libre y soportar el sol.
Por último, y dentro del grupo de las begonias de flores, encontramos a las tuberosas. Esta especie se presta tanto para jardín como para balcón e interior. En el jardín también se podrán plantar, pero siempre después de las heladas ya que estas flores son muy sensibles al frío.
Hablar de las begonias implica encontrar una gran variedad de plantas y de flores, con gamas cromáticas amplísimas. Tanto como planta de interior como de jardín, las begonias pondrán una nota de color y armonía en su hogar.
El origen de la begonia hace de ella una planta de sombra, pues procede de los bosques lluviosos tropicales o subtropicales de América, Asia y África, donde todavía hoy se siguen encontrando variedades desconocidas de esta planta.
El cultivo intensivo de la begonia durante los últimos doscientos años ha transformado en gran medida la forma de esta flor. Por eso, han surgido nuevas plantas híbridas que hacen que el género 'begonia' o 'begoniácea' sea ciertamente inabarcable.
Una gran variedad de especies
Las begoniáceas son una gran multitud de especies entre las que existen notables diferencias y peculiaridades. Se pueden clasificar en dos grandes grupos: las de hojas y las de flores.
Begonias de hojasEste tipo de begonia se cultiva precisamente por la hermosura de sus hojas. En algunas de ellas se da incluso una sorprendente variedad cromática en sus pétalos. Las 'begonias rex' pertenecen al grupo de hoja, al igual que la de arbusto, 'begonia credeneri' y otras muchas.
Quizás, la más conocida de todas es la 'begonia rex'. Puede tener grandes hojas dentadas en tonalidades rojas o rojo violeta, en ocasiones con bordes color verde. También es posible que las flores tengan unas hojas mucho más pequeñas que otras, a menudo lobadas y de color rojo, gris o verde y, además, en la mayoría de los casos, manchadas en gris plata. Algunas de estas bonitas especies de 'begonia rex' son la 'bella rotrauda', de hojas rojinegras, rosa púrpura y gris plata, o la 'obra maestra', de hojas color púrpura y carmín, nerviaciones pardas y dibujos plateados.
Para cuidar este tipo de flor es suficiente con instalarlas en un hábitat caliente, sobre todo, en una ventana que dé al norte, ya que no soportan la luz directa del sol. Hay que regarlas con cuidado porque el cepellón de las raíces ha de estar húmedo de manera uniforme, es decir, ni seco ni empapado.
Begonias de flores
Pertenecen a esta variedad las begonias más bonitas y llamativas de interior, y pero también curiosas especies de exterior. Existen, por tanto, cuatro grupos que pertenecen a las begonias de flores: 'begonia de Lorena', 'begonias elatior', 'begonias semperflorens' y 'begonias tuberosas'.
Las begonias de Lorena se pueden encontrar en las floristerías en otoño y deben estar en habitaciones claras y a una temperatura de unos 18 grados centígrados.
Las 'elatior' tiene unos colores que permanecen vivos durante mucho tiempo y, por eso, son las favoritas de los cultivadores. Florecen en blanco, amarillo, rosa y rojo. Su floración es en otoño y también en invierno.
Las 'begonias semperflorens' son diferentes al resto de las begonias. Éstas florecen a pesar de las condiciones climatológicas y, por ello, son aptas para formar macizos al aire libre y soportar el sol.
Por último, y dentro del grupo de las begonias de flores, encontramos a las tuberosas. Esta especie se presta tanto para jardín como para balcón e interior. En el jardín también se podrán plantar, pero siempre después de las heladas ya que estas flores son muy sensibles al frío.
Hablar de las begonias implica encontrar una gran variedad de plantas y de flores, con gamas cromáticas amplísimas. Tanto como planta de interior como de jardín, las begonias pondrán una nota de color y armonía en su hogar.
lunes, 29 de septiembre de 2008
Jacinto
El jacinto es una de las plantas más populares de los jardines, gracias a sus bellos racimos de flores de colores vivos e intenso perfume. Esta bulbosa de la familia de las liláceas es ideal para jardines y balcones, para decorar macetas y jardineras. Según el lenguaje de las flores, el jacinto significa constancia, cariño, el gozo del corazón.
Procedente de Oriente Medio, actualmente su difusión por Europa se debe a las enormes producciones procedentes de Holanda. Las flores nacen en la primavera, con la llegada del mes de marzo, en forma de racimos. Éstos surgen del medio de las hojas, cada uno con pequeñas inflorescencias, todas ellas del mismo color.
Existen variedades de diversas tonalidades: rojo, azul, naranja, rosa, amarillo, blanco, etc. Generalmente los bulbos de color claro corresponden a flores blancas y amarillas, los de color oscuro, al resto de gamas. Cada planta suele tener unas cinco o seis hojas muy carnosas.
Cultivo y cuidadosPara cultivar jacintos tendremos que plantar en octubre los bulbos. Siempre optaremos por los de mayor calidad y más gruesos. Para obtener grandes floraciones, renovaremos los bulbos cada año, en vez de utilizar los mismos. Otra opción es dejar que el jacinto florezca cada dos años, aunque requerirán abono, porque las flores agotan mucho la tierra.
Una alternativa para decorar nuestro hogar es cultivar jacintos en recipientes llamados jacinteras. Éstas se cubren con agua, evitando siempre el contacto del bulbo con el agua para que no se pudra.
En el líquido diluiremos una cucharadita de sal, cambiaremos el agua cada dos semanas, evitando mojar el bulbo, y lo dejaremos en oscuridad para que se desarrollen bien las raíces. Un bulbo se está pudriendo cuando las hojas amarillean. Con las jacinteras es fácil darse cuenta de la podredumbre porque el bulbo está a la vista.
Aparte de estos recipientes, lo más común es plantarlos en la tierra, ya sea en jardín o en macetas. En el primer caso, los bulbos deben introducirse a un palmo bajo tierra. Para pasarlos al terreno, buscaremos un lugar con suelo drenado, suelto y fértil, donde dé bien el sol. Insistimos en que el exceso de riego y los suelos húmedos pueden pudrir la planta. Para la tierra podemos usar una mezcla de tres partes: una de arena de río, otra de sustrato universal y una tercera de mantillo.
Cuidado con la roya, el moho gris, pulgones, los nematodos y la mosca de los bulbos, entre otras plagas. Los cambios de temperatura o las irregularidades en el riego pueden provocar la caída de las flores.
Floración
Cuando las hojas se abren, podemos observar como emerge del centro un racimo de flores, que encontrará su máximo esplendor en el mes de marzo. Las flores se conservarán durante dos semanas, a lo sumo tres. Con el calor, las flores se marchitan, así que pueden durar menos con altas temperaturas o si se cultiva en el interior.
Normalmente, tras las primeras flores, viene una segunda inflorescencia menos espectacular. Para ayudar a la planta, tendremos que cortar todo lo que se pueda cuando haya pasado la primera inflorescencia.
Multiplicación
Para reproducir los jacintos, las semillas es un proceso lento e inseguro. Los bulbos son la mejor opción y se pueden comprar en otoño fácilmente en cualquier vivero, con brotes o sin ellos. No obstante, los mismos jacintos producen pequeños bulbos que nos pueden servir para cultivar nuevas plantas.
Para forzar a los bulbos a generar bulbillos podemos recurrir a dos técnicas:
Se corta la base del bulbo, justo de la parte donde salen las raíces, de manera que todas las hojas del bulbo se hayan cortado. Se aplica fungicida y se deja el bulbo en una zona fresca y ventilada hasta que se formen en el corte los pequeños bulbos. En octubre se planta el bulbo-madre y se cubre con sustrato cada uno de los bulbos-hijo. En verano podremos sacarlos de la tierra y separar los bulbos.
Otra alternativa más sencilla es hacer en la base del bulbo dos cortes en cruz poco profundos. Si se deja en un sitio seco hasta que se abran los cortes. Al trasladar el bulbo a un lugar ventilado y oscuro, se desarrollarán los bulbillos en esos mismos cortes. as cortes se abran. Luego se deja en una habitación oscura y fresca hasta que se desarrollen bulbillos, que se pueden sembrar en otoño.
Procedente de Oriente Medio, actualmente su difusión por Europa se debe a las enormes producciones procedentes de Holanda. Las flores nacen en la primavera, con la llegada del mes de marzo, en forma de racimos. Éstos surgen del medio de las hojas, cada uno con pequeñas inflorescencias, todas ellas del mismo color.
Existen variedades de diversas tonalidades: rojo, azul, naranja, rosa, amarillo, blanco, etc. Generalmente los bulbos de color claro corresponden a flores blancas y amarillas, los de color oscuro, al resto de gamas. Cada planta suele tener unas cinco o seis hojas muy carnosas.
Cultivo y cuidadosPara cultivar jacintos tendremos que plantar en octubre los bulbos. Siempre optaremos por los de mayor calidad y más gruesos. Para obtener grandes floraciones, renovaremos los bulbos cada año, en vez de utilizar los mismos. Otra opción es dejar que el jacinto florezca cada dos años, aunque requerirán abono, porque las flores agotan mucho la tierra.
Una alternativa para decorar nuestro hogar es cultivar jacintos en recipientes llamados jacinteras. Éstas se cubren con agua, evitando siempre el contacto del bulbo con el agua para que no se pudra.
En el líquido diluiremos una cucharadita de sal, cambiaremos el agua cada dos semanas, evitando mojar el bulbo, y lo dejaremos en oscuridad para que se desarrollen bien las raíces. Un bulbo se está pudriendo cuando las hojas amarillean. Con las jacinteras es fácil darse cuenta de la podredumbre porque el bulbo está a la vista.
Aparte de estos recipientes, lo más común es plantarlos en la tierra, ya sea en jardín o en macetas. En el primer caso, los bulbos deben introducirse a un palmo bajo tierra. Para pasarlos al terreno, buscaremos un lugar con suelo drenado, suelto y fértil, donde dé bien el sol. Insistimos en que el exceso de riego y los suelos húmedos pueden pudrir la planta. Para la tierra podemos usar una mezcla de tres partes: una de arena de río, otra de sustrato universal y una tercera de mantillo.
Cuidado con la roya, el moho gris, pulgones, los nematodos y la mosca de los bulbos, entre otras plagas. Los cambios de temperatura o las irregularidades en el riego pueden provocar la caída de las flores.
Floración
Cuando las hojas se abren, podemos observar como emerge del centro un racimo de flores, que encontrará su máximo esplendor en el mes de marzo. Las flores se conservarán durante dos semanas, a lo sumo tres. Con el calor, las flores se marchitan, así que pueden durar menos con altas temperaturas o si se cultiva en el interior.
Normalmente, tras las primeras flores, viene una segunda inflorescencia menos espectacular. Para ayudar a la planta, tendremos que cortar todo lo que se pueda cuando haya pasado la primera inflorescencia.
Multiplicación
Para reproducir los jacintos, las semillas es un proceso lento e inseguro. Los bulbos son la mejor opción y se pueden comprar en otoño fácilmente en cualquier vivero, con brotes o sin ellos. No obstante, los mismos jacintos producen pequeños bulbos que nos pueden servir para cultivar nuevas plantas.
Para forzar a los bulbos a generar bulbillos podemos recurrir a dos técnicas:
Se corta la base del bulbo, justo de la parte donde salen las raíces, de manera que todas las hojas del bulbo se hayan cortado. Se aplica fungicida y se deja el bulbo en una zona fresca y ventilada hasta que se formen en el corte los pequeños bulbos. En octubre se planta el bulbo-madre y se cubre con sustrato cada uno de los bulbos-hijo. En verano podremos sacarlos de la tierra y separar los bulbos.
Otra alternativa más sencilla es hacer en la base del bulbo dos cortes en cruz poco profundos. Si se deja en un sitio seco hasta que se abran los cortes. Al trasladar el bulbo a un lugar ventilado y oscuro, se desarrollarán los bulbillos en esos mismos cortes. as cortes se abran. Luego se deja en una habitación oscura y fresca hasta que se desarrollen bulbillos, que se pueden sembrar en otoño.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Azucena
Esta hermosa flor representa el candor, la majestuosidad y la pureza debido a su color blanco. Por eso es muy habitual encontrarla en los ramos de las novias. La fascinación de los hombres por la azucena se remonta a muchos siglos atrás: ya en el templo de Salomón podemos encontrar algunas de estas flores representadas en esculturas. Siglos después, en las pinturas medievales y renacentistas de carácter religioso, aparecen flores de azucena debido a su asociación con lo impoluto y puro.
El origen de la azucena parece situarse en Asia y América del Norte y, posteriormente, se extendió hasta la cuenca del Mediterráneo y al continente europeo debido a su fácil cultivo y a su larga duración como flor cortada.
Una gran diversidad de especies
La azucena pertenece a la familia de las liliáceas y comprende, aproximadamente, unas 80 especies. Muchas de ellas son apropiadas para el jardín y otras para la producción de flores cortadas. Son plantas bulbosas y sus flores desprenden, en la mayoría de la ocasiones, un fresco aroma. Con frecuencia, tienen forma de "trompeta" con pétalos curvados hacia atrás. Estas plantas crecen en tierra firme o en macetas sin ningún tipo de dificultad, tan sólo es necesario que estén plantadas sobre una superficie más bien blanda y ubicada a la sombra.
Los tamaños y colores de la azucena pueden ser muy variados. Tonalidades desde el blanco puro hasta el rojo púrpura, pasando por ejemplares con manchas marrones o purpúreas que les dan un aspecto atigrado. Su longitud puede oscilar entre un palmo y el metro de altura en algunas ocasiones.
Existen tres grandes grupos en los que podíamos clasificar a las azucenas: flores con aspecto de trompeta en las que los órganos sexuales quedan un tanto retirados, flores mas abiertas de pétalos más o menos curvados que miran a la horizontal y flores con los órganos sexuales orientados hacia el suelo y pétalos recurvados en sentido contrario.
Plantación y consejos
La plantación de las azucenas se realiza en primavera y su floración adquiere toda su plenitud a lo largo del mes de agosto; aunque también se pueden plantar durante el otoño, dependiendo de la especie seleccionada para cultivar.
El suelo ideal para plantar estas flores debe tener elevada permeabilidad y ser rico en materia orgánica. La luz nunca debe incidir directamente sobre él y la profundidad a la que plantemos los bulbos dependerá de lo que esté estipulado para cada especie, simplemente deberemos seguir lo indicado en las etiquetas del productor. Una vez plantadas, florecerán durante varios años y por ello, para su cultivo se aconseja incorporarlas a los bancales de plantas vivaces.
La azucena aporta un toque decorativo y luminoso ideal para interiores, por ello son muy utilizadas en jarrones como flores cortadas. Como consejo muy útil para que duren más frescas, es aconsejable disolver en el agua del jarrón una aspirina.
El origen de la azucena parece situarse en Asia y América del Norte y, posteriormente, se extendió hasta la cuenca del Mediterráneo y al continente europeo debido a su fácil cultivo y a su larga duración como flor cortada.
Una gran diversidad de especies
La azucena pertenece a la familia de las liliáceas y comprende, aproximadamente, unas 80 especies. Muchas de ellas son apropiadas para el jardín y otras para la producción de flores cortadas. Son plantas bulbosas y sus flores desprenden, en la mayoría de la ocasiones, un fresco aroma. Con frecuencia, tienen forma de "trompeta" con pétalos curvados hacia atrás. Estas plantas crecen en tierra firme o en macetas sin ningún tipo de dificultad, tan sólo es necesario que estén plantadas sobre una superficie más bien blanda y ubicada a la sombra.
Los tamaños y colores de la azucena pueden ser muy variados. Tonalidades desde el blanco puro hasta el rojo púrpura, pasando por ejemplares con manchas marrones o purpúreas que les dan un aspecto atigrado. Su longitud puede oscilar entre un palmo y el metro de altura en algunas ocasiones.
Existen tres grandes grupos en los que podíamos clasificar a las azucenas: flores con aspecto de trompeta en las que los órganos sexuales quedan un tanto retirados, flores mas abiertas de pétalos más o menos curvados que miran a la horizontal y flores con los órganos sexuales orientados hacia el suelo y pétalos recurvados en sentido contrario.
Plantación y consejos
La plantación de las azucenas se realiza en primavera y su floración adquiere toda su plenitud a lo largo del mes de agosto; aunque también se pueden plantar durante el otoño, dependiendo de la especie seleccionada para cultivar.
El suelo ideal para plantar estas flores debe tener elevada permeabilidad y ser rico en materia orgánica. La luz nunca debe incidir directamente sobre él y la profundidad a la que plantemos los bulbos dependerá de lo que esté estipulado para cada especie, simplemente deberemos seguir lo indicado en las etiquetas del productor. Una vez plantadas, florecerán durante varios años y por ello, para su cultivo se aconseja incorporarlas a los bancales de plantas vivaces.
La azucena aporta un toque decorativo y luminoso ideal para interiores, por ello son muy utilizadas en jarrones como flores cortadas. Como consejo muy útil para que duren más frescas, es aconsejable disolver en el agua del jarrón una aspirina.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Gladiolo
El gladiolo es una de las flores más bellas que se pueden cultivar en un jardín. Pero, al igual que todas las flores, necesita unos cuidados especiales, no sólo para mantener su belleza, sino para conservar su salud, circunstancia que contribuirá a mantener la armonía y la belleza del jardín.
Historia y origenEl gladiolo proviene de la cuenca mediterránea y del África austral. Esta flor ya se cultivaba en la época de los griegos y de los romanos. Su nombre originario, Gladiolus, es el diminutivo de 'gladius', que significa 'espada', que por un lado se refiere a la forma de la hoja que es lanceolada terminando en punta y, por otro, al hecho de que la flor en la época de los romanos era entregada a los gladiadores que triunfaban en la batalla. De ahí que esta flor sea el símbolo de la victoria.
Comprende 180 especies nativas de África, Madagascar, Europa, Arabia y oeste de Asia, donde el gladiolo crece espontáneamente, aunque la mayor parte son de origen africano.
Los cultivares hortícolas del gladiolo se han obtenido desde comienzos del siglo XIX por cruzamientos entre diversas especies botánicas. Presentan gran diversidad de tamaños, colores y forma de las flores así como de épocas de floración.
MorfologíaLos gladiolos pertenecen a la familia Iridaceae, siendo plantas herbáceas que se desarrollan a partir de un tallo subterráneo llamado cormo.
Se caracterizan por su inflorescencia en espiga y sus cormos de renovación anual, que durante el curso de la vegetación dan lugar a multitud de 'bulbillos'. Sus hojas son alargadas, paralelinervias y lanceoladas, recubiertas de una cutícula cerosa. Las hojas inferiores están reducidas a vainas y las superiores son dísticas, de lineares a estrechamente lanceoladas. Todas sus hojas salen de la base, y suelen variar en cantidad entre una y doce.
El tallo, llamado Cormo, es un tubérculo caulinar de orientación vertical, de estructura sólida, forma redondeada algo achatada, con el ápice de crecimiento en el centro de la zona superior que normalmente está algo deprimida. Puede durar uno o varios años, renovándose el cormo anterior, cuyos restos permanecen en la base del nuevo. Esta estructura está formada por varios nudos, de cuyas yemas axilares se forman nuevos cormos.
Sus flores son bisexuales, sésiles, cada una rodeada de una bráctea y una bractéola, y su fruto se encuentra en cápsulas con semillas aladas.
Necesidades de la planta
La temperatura ideal del suelo para que esta planta crezca es de 10 a 12 grados centígrados, aunque son capaces de sobrevivir en buenas condiciones si la temperatura del suelo no supera los 30ºC. Temperaturas superiores a ésta son perjudiciales para el desarrollo de la planta.
En cuanto a la temperatura ambiental, de 10 a 15ºC es la adecuada para la noche y de 20 a 25 ºC para el día. La humedad ambiental deberá estar comprendida entre el 60 y el 70%.
En caso de que se vaya a cultivar la planta del gladiolo en invernadero, hay que tener en cuenta que con falta de luminosidad las plantas se quedan ciegas y no florecen, por lo que habría que aportar luz artificial al invernadero.
Es una planta poco exigente en suelos, pero prefiere los arenosos con aportaciones de estiércol. Si el suelo tiene contenido de arcilla no será perjudicial, siempre y cuando tenga un buen drenaje para evitar encharcamientos y enfermedades. La cal y la materia orgánica le van muy bien, siempre que esta última esté en estado humificado. Además, aparte de las necesidades que tiene en nitrógeno, fósforo y potasio, es bastante sensible a las carencias de magnesio, hierro y calcio.
Enfermedades y plagas
La plaga más común que afecta al gladiolo es la 'Trips'. Se trata de un insecto chupador que pica las hojas y las flores donde provoca la decoloración. Se puede controlar mediante el tratamiento de los cormos a base de Lindano cinco semanas antes de la plantación y pulverizaciones preventivas con aceites minerales y utilización de redes protectoras no tejidas.
Además, el gladiolo puede sufrir diversas enfermedades. Una de las más comunes es la Fusariosis, que afecta tanto a las hojas, que se amarillean, como a las flores, que ven reducido su número, y al cormo, donde da lugar a una podredumbre seca de la base o del corazón e incluso a la momificación al final del almacenamiento.
Esta enfermedad se puede prevenir mediante la rotación de cultivos durante cinco años o más, encalando los suelos, usando fertilizantes a base de nitratos, y mediante tratamientos con productos presentados como polvos de Tiram, etc.
Otras enfermedades que afectan al gladiolo son la Estromatiniosis, Botritis, Roya Transversa, o enfermedades relacionadas con virus, como el virus del mosaico de la judía amarilla o el virus del mosaico del pepino.
Historia y origenEl gladiolo proviene de la cuenca mediterránea y del África austral. Esta flor ya se cultivaba en la época de los griegos y de los romanos. Su nombre originario, Gladiolus, es el diminutivo de 'gladius', que significa 'espada', que por un lado se refiere a la forma de la hoja que es lanceolada terminando en punta y, por otro, al hecho de que la flor en la época de los romanos era entregada a los gladiadores que triunfaban en la batalla. De ahí que esta flor sea el símbolo de la victoria.
Comprende 180 especies nativas de África, Madagascar, Europa, Arabia y oeste de Asia, donde el gladiolo crece espontáneamente, aunque la mayor parte son de origen africano.
Los cultivares hortícolas del gladiolo se han obtenido desde comienzos del siglo XIX por cruzamientos entre diversas especies botánicas. Presentan gran diversidad de tamaños, colores y forma de las flores así como de épocas de floración.
MorfologíaLos gladiolos pertenecen a la familia Iridaceae, siendo plantas herbáceas que se desarrollan a partir de un tallo subterráneo llamado cormo.
Se caracterizan por su inflorescencia en espiga y sus cormos de renovación anual, que durante el curso de la vegetación dan lugar a multitud de 'bulbillos'. Sus hojas son alargadas, paralelinervias y lanceoladas, recubiertas de una cutícula cerosa. Las hojas inferiores están reducidas a vainas y las superiores son dísticas, de lineares a estrechamente lanceoladas. Todas sus hojas salen de la base, y suelen variar en cantidad entre una y doce.
El tallo, llamado Cormo, es un tubérculo caulinar de orientación vertical, de estructura sólida, forma redondeada algo achatada, con el ápice de crecimiento en el centro de la zona superior que normalmente está algo deprimida. Puede durar uno o varios años, renovándose el cormo anterior, cuyos restos permanecen en la base del nuevo. Esta estructura está formada por varios nudos, de cuyas yemas axilares se forman nuevos cormos.
Sus flores son bisexuales, sésiles, cada una rodeada de una bráctea y una bractéola, y su fruto se encuentra en cápsulas con semillas aladas.
Necesidades de la planta
La temperatura ideal del suelo para que esta planta crezca es de 10 a 12 grados centígrados, aunque son capaces de sobrevivir en buenas condiciones si la temperatura del suelo no supera los 30ºC. Temperaturas superiores a ésta son perjudiciales para el desarrollo de la planta.
En cuanto a la temperatura ambiental, de 10 a 15ºC es la adecuada para la noche y de 20 a 25 ºC para el día. La humedad ambiental deberá estar comprendida entre el 60 y el 70%.
En caso de que se vaya a cultivar la planta del gladiolo en invernadero, hay que tener en cuenta que con falta de luminosidad las plantas se quedan ciegas y no florecen, por lo que habría que aportar luz artificial al invernadero.
Es una planta poco exigente en suelos, pero prefiere los arenosos con aportaciones de estiércol. Si el suelo tiene contenido de arcilla no será perjudicial, siempre y cuando tenga un buen drenaje para evitar encharcamientos y enfermedades. La cal y la materia orgánica le van muy bien, siempre que esta última esté en estado humificado. Además, aparte de las necesidades que tiene en nitrógeno, fósforo y potasio, es bastante sensible a las carencias de magnesio, hierro y calcio.
Enfermedades y plagas
La plaga más común que afecta al gladiolo es la 'Trips'. Se trata de un insecto chupador que pica las hojas y las flores donde provoca la decoloración. Se puede controlar mediante el tratamiento de los cormos a base de Lindano cinco semanas antes de la plantación y pulverizaciones preventivas con aceites minerales y utilización de redes protectoras no tejidas.
Además, el gladiolo puede sufrir diversas enfermedades. Una de las más comunes es la Fusariosis, que afecta tanto a las hojas, que se amarillean, como a las flores, que ven reducido su número, y al cormo, donde da lugar a una podredumbre seca de la base o del corazón e incluso a la momificación al final del almacenamiento.
Esta enfermedad se puede prevenir mediante la rotación de cultivos durante cinco años o más, encalando los suelos, usando fertilizantes a base de nitratos, y mediante tratamientos con productos presentados como polvos de Tiram, etc.
Otras enfermedades que afectan al gladiolo son la Estromatiniosis, Botritis, Roya Transversa, o enfermedades relacionadas con virus, como el virus del mosaico de la judía amarilla o el virus del mosaico del pepino.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Crisantemo
De origen asiático, pero plenamente extendido por todo el mundo, el crisantemo es una flor hermosa y agradecida, cargada de simbolismo. En Occidente, donde también es conocido como San Vicente, es tradición utilizarlo como ofrenda floral en el Día de Difuntos, aunque no por ello deja de llenar con profusión y alegría los hogares como planta ornamental, tanto de interior como de exterior. En Asia representa la longevidad, por eso también es una flor ritual muy frecuente en determinadas ceremonias.
Los crisantemos ofrecen numerosas variedades aptas para todos los gustos. Sus inflorescencias son tan diversas que nos permiten elegir entre un gran surtido de colores y formas, así como plantear innumerables diseños para los arriates o bonitos ramos de flor cortada.
En general, esta herbácea se caracteriza por ser resistente y muy fácil de cultivar, y, aunque prefiere la luz de los exteriores, también se deja mimar si la cultivamos dentro de casa. Además, no necesita excesivos cuidados para conservar sus flores durante bastante tiempo.
Consejos de mantenimiento
Coloca la maceta en un lugar claro y bien ventilado, pero sin corrientes.
Cuidado con el calor: no resisten mucho tiempo en estancias calurosas.
Si ves que las flores no se abren es por falta de luz.
Debes mantener siempre el cepellón algo húmedo. Las flores se marchitan en cuanto les falta agua, pero ten cuidado con los encharcamientos.
Cuando las flores estén marchitas, elimínalas. De esta manera conseguirás que las nuevas duren más tiempo.
Pulveriza frecuentemente con agua tibia. Lograrás que las hojas y las flores estén frescas, principalmente si se encuentran en sitios con calefacción.
A mediados de la primavera puedes sacarla al exterior y tenerla prácticamente hasta el mes de octubre.
Con las atenciones adecuadas, conseguirás mantener la planta florida por lo menos diez semanas seguidas. Y si el lugar en el que se encuentra tiene temperaturas suaves, aún se prolongará su permanencia durante más tiempo.
Otros cuidados importantes
La luz es fundamental para el correcto desarrollo de los crisantemos, pero cuidado con la exposición solar directa: puede acabar quemando la planta. Asimismo, el calor y el frío son enemigos de esta especie. Necesita temperaturas medias entre 13 y 18º C.
Con la llegada del verano, es necesario incrementar la frecuencia de riego y abonar. Además, si la tienes en el exterior, no es raro que crezca mucho en altura, por lo que es buena idea podar de vez en cuando. Por ejemplo, corta las flores más altas y úsalas para decorar el interior de tu vivienda.
Se reproduce por división de mata o esquejes cuando comience a despuntar la primavera. Separa las matas y siembra las plantas individualmente, regando con moderación. Generalmente suelen enraizar sin problemas.
Los crisantemos ofrecen numerosas variedades aptas para todos los gustos. Sus inflorescencias son tan diversas que nos permiten elegir entre un gran surtido de colores y formas, así como plantear innumerables diseños para los arriates o bonitos ramos de flor cortada.
En general, esta herbácea se caracteriza por ser resistente y muy fácil de cultivar, y, aunque prefiere la luz de los exteriores, también se deja mimar si la cultivamos dentro de casa. Además, no necesita excesivos cuidados para conservar sus flores durante bastante tiempo.
Consejos de mantenimiento
Coloca la maceta en un lugar claro y bien ventilado, pero sin corrientes.
Cuidado con el calor: no resisten mucho tiempo en estancias calurosas.
Si ves que las flores no se abren es por falta de luz.
Debes mantener siempre el cepellón algo húmedo. Las flores se marchitan en cuanto les falta agua, pero ten cuidado con los encharcamientos.
Cuando las flores estén marchitas, elimínalas. De esta manera conseguirás que las nuevas duren más tiempo.
Pulveriza frecuentemente con agua tibia. Lograrás que las hojas y las flores estén frescas, principalmente si se encuentran en sitios con calefacción.
A mediados de la primavera puedes sacarla al exterior y tenerla prácticamente hasta el mes de octubre.
Con las atenciones adecuadas, conseguirás mantener la planta florida por lo menos diez semanas seguidas. Y si el lugar en el que se encuentra tiene temperaturas suaves, aún se prolongará su permanencia durante más tiempo.
Otros cuidados importantes
La luz es fundamental para el correcto desarrollo de los crisantemos, pero cuidado con la exposición solar directa: puede acabar quemando la planta. Asimismo, el calor y el frío son enemigos de esta especie. Necesita temperaturas medias entre 13 y 18º C.
Con la llegada del verano, es necesario incrementar la frecuencia de riego y abonar. Además, si la tienes en el exterior, no es raro que crezca mucho en altura, por lo que es buena idea podar de vez en cuando. Por ejemplo, corta las flores más altas y úsalas para decorar el interior de tu vivienda.
Se reproduce por división de mata o esquejes cuando comience a despuntar la primavera. Separa las matas y siembra las plantas individualmente, regando con moderación. Generalmente suelen enraizar sin problemas.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Camelias
La camelia es un flor de origen oriental, también llamada Rosa del Japón (su nombre botánico es Camelia Japónica), que se introdujo en Occidente a lo largo del siglo XVI de la mano de los navegantes europeos que traficaban en Oriente. Dos siglos más tarde llegaron los primeros ejemplares a Galicia, procedentes de Portugal.
¿Cómo son las camelias?
Su flor es bastante grande. Posee una hilera de pétalos formando la corola o varias superpuestas. En algunas especies pueden llegar a medir más de 12 cm, y sus colores van del blanco al púrpura, rojo, rosa, salmón, amarillo o bicolor.
Las hojas de la planta son muy consistentes y ovaladas, de color verde oscuro, muy brillantes.En general, si algo caracteriza a la camelia es su variedad de tamaños, colores y formas.
Sus variedades
Hay más de 10.000 variedades diferentes. La más extendida en los centros de jardinería, por su resistencia, incluso a las heladas, es la "Chandleri Elegans", de color rosa.
"Eugenia de Montijo" es de color rojo intenso y florece en primavera.
De color blanco puro es la camelia "Il Cigno"; y violáceo es la "Angelina Vieira, una variedad portuguesa.
Bicolor, rosa y blanco, encontrarás la camelia "Lady Vansittart".
Los cuidados que deben tener
La camelia es una planta muy conservadora, que le disgustan los cambios en general: variaciones de temperatura, riego irregular, transplantes, etc.
No es adecuada para regiones muy frías ni para jardines expuestos al sol. Por esta razón el lugar debe ser fresco, muy ventilado y claro, pero sin que el sol le de directamente. No soporta las habitaciones cerradas con calefacción.
Al aire libre, lo ideal es un clima Atlántico. Es importante protegerla de los rayos del sol y del aire.
Hay que regarla abundantemente con agua tibia, nunca caliza, pero evitando encharcarla. Por supuesto, en julio y agosto, que las temperaturas suben bastante, hay que regar en menor cantidad.
Su mayor exigencia es la humedad, que debe ser superior al 60%. Rocíala en invierno, pero evita hacerlo sobre las flores. En verano, pulveriza abundantemente el follaje.
Un consejo
La camelia es una planta de crecimiento lento, pero puedes estimularlo si recortas el tallo central, en el caso de que se trate de un ejemplar demasiado espigado. Corta siempre tras la floración y sobre una yema fuerte.
¿Cómo son las camelias?
Su flor es bastante grande. Posee una hilera de pétalos formando la corola o varias superpuestas. En algunas especies pueden llegar a medir más de 12 cm, y sus colores van del blanco al púrpura, rojo, rosa, salmón, amarillo o bicolor.
Las hojas de la planta son muy consistentes y ovaladas, de color verde oscuro, muy brillantes.En general, si algo caracteriza a la camelia es su variedad de tamaños, colores y formas.
Sus variedades
Hay más de 10.000 variedades diferentes. La más extendida en los centros de jardinería, por su resistencia, incluso a las heladas, es la "Chandleri Elegans", de color rosa.
"Eugenia de Montijo" es de color rojo intenso y florece en primavera.
De color blanco puro es la camelia "Il Cigno"; y violáceo es la "Angelina Vieira, una variedad portuguesa.
Bicolor, rosa y blanco, encontrarás la camelia "Lady Vansittart".
Los cuidados que deben tener
La camelia es una planta muy conservadora, que le disgustan los cambios en general: variaciones de temperatura, riego irregular, transplantes, etc.
No es adecuada para regiones muy frías ni para jardines expuestos al sol. Por esta razón el lugar debe ser fresco, muy ventilado y claro, pero sin que el sol le de directamente. No soporta las habitaciones cerradas con calefacción.
Al aire libre, lo ideal es un clima Atlántico. Es importante protegerla de los rayos del sol y del aire.
Hay que regarla abundantemente con agua tibia, nunca caliza, pero evitando encharcarla. Por supuesto, en julio y agosto, que las temperaturas suben bastante, hay que regar en menor cantidad.
Su mayor exigencia es la humedad, que debe ser superior al 60%. Rocíala en invierno, pero evita hacerlo sobre las flores. En verano, pulveriza abundantemente el follaje.
Un consejo
La camelia es una planta de crecimiento lento, pero puedes estimularlo si recortas el tallo central, en el caso de que se trate de un ejemplar demasiado espigado. Corta siempre tras la floración y sobre una yema fuerte.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Tulipanes
El tulipán es una planta originaria de Turquía, de carácter bulboso que florece en primavera. Es especialmente apreciada por la belleza de su flor y la variedad de sus colores, por eso es muy útil para la ornamentación de jardines de todo tipo.
La planta alcanza una altura de entre treinta y sesenta centímetros, aunque hasta la primavera, su tallo, hojas y flores se encuentran encerradas de forma comprimida dentro del bulbo. Por su parte, las hojas poseen un color verde grisáceo y una forma lanceolada.
La flor
El tulipán florece, aproximadamente, a los ciento veinte días de haber sido plantado y conserva su belleza y buen aspecto durante veinte días. Después, la flor se marchita y, en ese momento, es necesario proceder a cortar el tallo principal, en el que se encuentra y dejar que se seque el resto de la planta. Posteriormente, hay que extraer el bulbo de la tierra y dejarlo secar para, después, introducirlo en un recipiente que contenga arena seca, con el ápice colocado hacia arriba en un lugar fresco y oscuro. Así, en la siguiente época de plantación este bulbo se podrá reutilizar.
La parte más llamativa del tulipán es su flor, especialmente apreciada por la gran cantidad de colores en que existe. También hay especies bicolores que proporcionan una gran alegría al jardín. Esta flor está compuesta por seis pétalos acuminados, es decir, cerrados en forma de corazón invertido, y de seis estambres. Además, es posible cortarla con el fin de insertarla en ramos o jarrones, ya que confieren belleza y colorido en cualquier lugar de la casa. La gran mayoría de estas plantas son de flor simple y orientadas hacia arriba.
El tulipán en el jardín
La principal finalidad del tulipán en el jardín es ornamental, ya que se puede ubicar en infinidad de lugares. Así, proporcionan gran belleza al pie de los árboles, en macetas, en macizos o canteros. Sus hojas también son ornamentales ya que poseen un color verde grisáceo y una forma lanceolada. Al contrario de lo que se suele pensar, el tulipán es una planta bastante resistente, aunque siempre se desarrolla mejor en suelos bien drenados, por lo que hay que evitar situarlos en lugares que se encharquen con facilidad.
Plantación
Los bulbos deben ser plantados con el ápice hacia arriba a una profundidad de entre 8 y 10 centímetros. Asimismo, conviene vigilar que exista una separación de al menos 10 centímetros entre los distintos bulbos. Lo óptimo es plantarlos en el mes de septiembre, para que hayan desarrollado sus raíces cuando llegue el frío del invierno y sean capaces de soportarlo.
No obstante, en el caso de que la plantación se realice en maceta, es posible hacerlo incluso en diciembre, siempre y cuando se sitúen en un lugar protegido del excesivo frío.
También, es necesario sacar la planta al exterior en el momento en que asome el tallo, para que reciba la luz solar.
Cuidados básicos
Lo primero que hay que vigilar es que el suelo en que se plante el tulipán tenga un buen drenaje para que no se encharque y dañe la salud de la planta. Además, conviene utilizar una mezcla de arena de río, mantillo y sustrato. En lo que al riego se refiere, es necesario que la tierra se encuentre siempre húmeda, por lo que hay que suministrar agua de forma regular. Sin embargo, no se hace necesario pulverizar las hojas ni las flores.
Es conveniente saber que esta planta requiere de abundante luz solar, por lo que su lugar idóneo se encuentra en un lugar iluminado del jardín. Por otro lado, es preferible regar el tulipán con un fertilizante especial para plantas con flor después de la floración para que se mantenga fuerte. Por último, hay que explicar que no es posible plantarlo en el mismo lugar dos aliños seguidos, ya que agotan las reservas del suelo.
La planta alcanza una altura de entre treinta y sesenta centímetros, aunque hasta la primavera, su tallo, hojas y flores se encuentran encerradas de forma comprimida dentro del bulbo. Por su parte, las hojas poseen un color verde grisáceo y una forma lanceolada.
La flor
El tulipán florece, aproximadamente, a los ciento veinte días de haber sido plantado y conserva su belleza y buen aspecto durante veinte días. Después, la flor se marchita y, en ese momento, es necesario proceder a cortar el tallo principal, en el que se encuentra y dejar que se seque el resto de la planta. Posteriormente, hay que extraer el bulbo de la tierra y dejarlo secar para, después, introducirlo en un recipiente que contenga arena seca, con el ápice colocado hacia arriba en un lugar fresco y oscuro. Así, en la siguiente época de plantación este bulbo se podrá reutilizar.
La parte más llamativa del tulipán es su flor, especialmente apreciada por la gran cantidad de colores en que existe. También hay especies bicolores que proporcionan una gran alegría al jardín. Esta flor está compuesta por seis pétalos acuminados, es decir, cerrados en forma de corazón invertido, y de seis estambres. Además, es posible cortarla con el fin de insertarla en ramos o jarrones, ya que confieren belleza y colorido en cualquier lugar de la casa. La gran mayoría de estas plantas son de flor simple y orientadas hacia arriba.
El tulipán en el jardín
La principal finalidad del tulipán en el jardín es ornamental, ya que se puede ubicar en infinidad de lugares. Así, proporcionan gran belleza al pie de los árboles, en macetas, en macizos o canteros. Sus hojas también son ornamentales ya que poseen un color verde grisáceo y una forma lanceolada. Al contrario de lo que se suele pensar, el tulipán es una planta bastante resistente, aunque siempre se desarrolla mejor en suelos bien drenados, por lo que hay que evitar situarlos en lugares que se encharquen con facilidad.
Plantación
Los bulbos deben ser plantados con el ápice hacia arriba a una profundidad de entre 8 y 10 centímetros. Asimismo, conviene vigilar que exista una separación de al menos 10 centímetros entre los distintos bulbos. Lo óptimo es plantarlos en el mes de septiembre, para que hayan desarrollado sus raíces cuando llegue el frío del invierno y sean capaces de soportarlo.
No obstante, en el caso de que la plantación se realice en maceta, es posible hacerlo incluso en diciembre, siempre y cuando se sitúen en un lugar protegido del excesivo frío.
También, es necesario sacar la planta al exterior en el momento en que asome el tallo, para que reciba la luz solar.
Cuidados básicos
Lo primero que hay que vigilar es que el suelo en que se plante el tulipán tenga un buen drenaje para que no se encharque y dañe la salud de la planta. Además, conviene utilizar una mezcla de arena de río, mantillo y sustrato. En lo que al riego se refiere, es necesario que la tierra se encuentre siempre húmeda, por lo que hay que suministrar agua de forma regular. Sin embargo, no se hace necesario pulverizar las hojas ni las flores.
Es conveniente saber que esta planta requiere de abundante luz solar, por lo que su lugar idóneo se encuentra en un lugar iluminado del jardín. Por otro lado, es preferible regar el tulipán con un fertilizante especial para plantas con flor después de la floración para que se mantenga fuerte. Por último, hay que explicar que no es posible plantarlo en el mismo lugar dos aliños seguidos, ya que agotan las reservas del suelo.
martes, 23 de septiembre de 2008
Primula
Una extraordinaria flor que también puede considerarse especie para interiores es la prímula. Es fácil encontrarla en los viveros, con flor prácticamente todo el año, pero durante el invierno y la primavera está en su momento ideal. Su gran variedad de color y formas y sus bonitas flores hacen de ella la planta perfecta para alegrar nuestros hogares. Las claves del éxito son sencillas: colocarla en un lugar muy luminoso, sin corrientes de aire, con temperatura moderada y evitando que incida el sol directo. Conseguirás varias floraciones a lo largo del año si la sacas al exterior tras la aparición de las primeras flores.
Conócela en detalle
Su nombre botánico es Primula y su nombre vulgar Primavera. El género ha sido dividido en 30 familias, algunas son cultivadas como plantas de interior como la P.malacoides, P.obconica y P.vulgaris. Otras variedades se han adaptado al cultivo en el jardín. Su porte puede alcanzar hasta los 40 cm. de altura, dependiendo de cada variedad. Sus flores pueden ser de color morado, amarillo, naranja, rojo, rosa o blanco, con ojos de color amarillo en el centro de los pétalos.
Cuidados de la planta
En otoño e invierno: en el mes de octubre debes meterla al interior y ponerla en un lugar más bien fresco (entre 12 y 14º C). Se debe situar cerca de la luz, pero sin que reciba el sol directamente. La tierra no debe estar muy empapada, con un riego semanal será suficiente. Es bueno añadir un fertilizante líquido al agua de riego a partir del otoño, más o menos cada dos semanas o cuando estén brotando los capullos.
En primavera y verano: colócala en lugar fresco (entre 14 y 18º C) y ligeramente sombreado, alejada de los rayos directos del sol. Es importante mantener la tierra permanentemente húmeda. En el lugar de la casa donde se encuentre no debe haber corrientes de aire, si no, perdería la flor. No es necesario pulverizarla. Elimina las hojas y flores marchitas y sácala al exterior cuando acabe la primavera.
Variedades más comunes
La variedad Primula obconica es la más duradera. Sus flores son muy grandes y aparecen reunidas en pequeños ramos. Su amplia gama de color permite combinarla fácilmente con otras especies. Soporta temperaturas altas y en ocasiones llega a florecer incluso en verano.
Primula Malacoides es la más aromática. Sus flores tienen forma de estrella, aparecen a mediados del invierno y duran hasta abril. Sus tallos son delgados y altos, y sus hojas muy dentadas. Son ideales para sitios sin calefacción. Es recomendable dejarla en el exterior al final de primavera.
La Primula vulgaris es la más resistente, sobre todo a las bajas temperaturas. Su porte es pequeño, sólo alcanza unos 15 cm. Sus flores son muy llamativas y sus tallos son cortos. Por su resistencia es muy adecuada para cultivarse en terrazas.
Conócela en detalle
Su nombre botánico es Primula y su nombre vulgar Primavera. El género ha sido dividido en 30 familias, algunas son cultivadas como plantas de interior como la P.malacoides, P.obconica y P.vulgaris. Otras variedades se han adaptado al cultivo en el jardín. Su porte puede alcanzar hasta los 40 cm. de altura, dependiendo de cada variedad. Sus flores pueden ser de color morado, amarillo, naranja, rojo, rosa o blanco, con ojos de color amarillo en el centro de los pétalos.
Cuidados de la planta
En otoño e invierno: en el mes de octubre debes meterla al interior y ponerla en un lugar más bien fresco (entre 12 y 14º C). Se debe situar cerca de la luz, pero sin que reciba el sol directamente. La tierra no debe estar muy empapada, con un riego semanal será suficiente. Es bueno añadir un fertilizante líquido al agua de riego a partir del otoño, más o menos cada dos semanas o cuando estén brotando los capullos.
En primavera y verano: colócala en lugar fresco (entre 14 y 18º C) y ligeramente sombreado, alejada de los rayos directos del sol. Es importante mantener la tierra permanentemente húmeda. En el lugar de la casa donde se encuentre no debe haber corrientes de aire, si no, perdería la flor. No es necesario pulverizarla. Elimina las hojas y flores marchitas y sácala al exterior cuando acabe la primavera.
Variedades más comunes
La variedad Primula obconica es la más duradera. Sus flores son muy grandes y aparecen reunidas en pequeños ramos. Su amplia gama de color permite combinarla fácilmente con otras especies. Soporta temperaturas altas y en ocasiones llega a florecer incluso en verano.
Primula Malacoides es la más aromática. Sus flores tienen forma de estrella, aparecen a mediados del invierno y duran hasta abril. Sus tallos son delgados y altos, y sus hojas muy dentadas. Son ideales para sitios sin calefacción. Es recomendable dejarla en el exterior al final de primavera.
La Primula vulgaris es la más resistente, sobre todo a las bajas temperaturas. Su porte es pequeño, sólo alcanza unos 15 cm. Sus flores son muy llamativas y sus tallos son cortos. Por su resistencia es muy adecuada para cultivarse en terrazas.
lunes, 22 de septiembre de 2008
Rosa
Se dice que los orígenes de las rosas cultivadas se remontan a la jardinería en la antigua China Imperial. En la mitología hindú se la relacionaba con la diosa del amor y la belleza, así como en la Grecia clásica. También fue muy venerada en el Egipto faraónico. Existe la creencia de que Cleopatra hacía rellenar sus almohadas con pétalos de esta flor.
La rosa ha conquistado una popularidad que difícilmente puede disputarle cualquier otra flor. De hecho, está considerada como ‘la reina de las flores’. Además de su aroma, suave y exquisito, las rosas tienen el atractivo de sus hermosas flores, y una apariencia elegante que la hace ser la planta más cultivada en parques y jardines de todo el mundo.
Condiciones moderadas
Las especies de flores grandes son ideales para ser cultivadas en el jardín, y las pequeñas en balcones y terrazas. En compensación, éstas últimas florecen ininterrumpidamente de mayo a noviembre.
En la práctica no existen situaciones ambientales, excluida la sombra total, que impidan el cultivo de la rosa.
Basta con que el rosal reciba de tres a cuatro horas de sol por la mañana para que florezca regularmente.
Prefiere los términos medios, ni excesivo riego ni demasiada sequía. Si se cultiva en maceta, conviene regarlo cada 3 ó 4 días, y en el caso de que esté en el jardín, una vez a la semana.
Ejemplo de adaptación
Los rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con más facilidad en condiciones de inviernos fríos y helados, primaveras suaves, y días con mucho sol en verano. Los situaremos en un lugar con abundancia de luz, calor y humedad.
La planta no debe ponerse a favor del viento, ni tampoco a pleno sol.
Sin embargo, la versatilidad de la rosa hace que pueda adaptarse a condiciones adversas de temperaturas y cantidades variables de sol y de lluvia.
Existen pocos lugares en el mundo donde no pueden ser cultivadas, tales como sitios de permanente sequía o fríos intensos y prolongados.
Muy importante: la podaLa razón primordial por la cual se podan periódicamente las plantas de rosas es para evitar ramificaciones inútiles que sustraen la savia de la misma e impiden que se desarrollen de forma correcta y que nazcan flores de calidad.
Una planta con muchas ramas da flores en abundancia, pero de una apariencia mediocre, ya que malgasta la savia en alimentar ramas innecesarias.
Se recomienda que, después de una poda, se fertilice.
Existen dos tipos de podas: la de formación, que se realiza en el primer año y consiste en el desarrollo adecuado de la planta; y la fitosanitaria, que se lleva a cabo a partir del primer año y que supone eliminar todas aquellas ramas enfermas, quebradas o con plagas.
La rosa ha conquistado una popularidad que difícilmente puede disputarle cualquier otra flor. De hecho, está considerada como ‘la reina de las flores’. Además de su aroma, suave y exquisito, las rosas tienen el atractivo de sus hermosas flores, y una apariencia elegante que la hace ser la planta más cultivada en parques y jardines de todo el mundo.
Condiciones moderadas
Las especies de flores grandes son ideales para ser cultivadas en el jardín, y las pequeñas en balcones y terrazas. En compensación, éstas últimas florecen ininterrumpidamente de mayo a noviembre.
En la práctica no existen situaciones ambientales, excluida la sombra total, que impidan el cultivo de la rosa.
Basta con que el rosal reciba de tres a cuatro horas de sol por la mañana para que florezca regularmente.
Prefiere los términos medios, ni excesivo riego ni demasiada sequía. Si se cultiva en maceta, conviene regarlo cada 3 ó 4 días, y en el caso de que esté en el jardín, una vez a la semana.
Ejemplo de adaptación
Los rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con más facilidad en condiciones de inviernos fríos y helados, primaveras suaves, y días con mucho sol en verano. Los situaremos en un lugar con abundancia de luz, calor y humedad.
La planta no debe ponerse a favor del viento, ni tampoco a pleno sol.
Sin embargo, la versatilidad de la rosa hace que pueda adaptarse a condiciones adversas de temperaturas y cantidades variables de sol y de lluvia.
Existen pocos lugares en el mundo donde no pueden ser cultivadas, tales como sitios de permanente sequía o fríos intensos y prolongados.
Muy importante: la podaLa razón primordial por la cual se podan periódicamente las plantas de rosas es para evitar ramificaciones inútiles que sustraen la savia de la misma e impiden que se desarrollen de forma correcta y que nazcan flores de calidad.
Una planta con muchas ramas da flores en abundancia, pero de una apariencia mediocre, ya que malgasta la savia en alimentar ramas innecesarias.
Se recomienda que, después de una poda, se fertilice.
Existen dos tipos de podas: la de formación, que se realiza en el primer año y consiste en el desarrollo adecuado de la planta; y la fitosanitaria, que se lleva a cabo a partir del primer año y que supone eliminar todas aquellas ramas enfermas, quebradas o con plagas.
domingo, 21 de septiembre de 2008
Jazmin
Nombre científico: Jasminum polyanthum
Nombre/s comunes: Jazmín
Origen: Regiones tropicales y subtropicales del Viejo Mundo
Familia: Oleaceaes
Características
Hojas: Se compone de entre 5 y 9 hojas opuestas de color verde oscuro.
Flores: Constituyen su principal atractivo, se disponen en racimos y generalmente son de color blanco, aunque pueden aparecer algunas amarillas debido a la gran variedad de jazmín existente. Su aroma dulzón es inconfundible.
Tallo: Se trata de una planta de porte trepador, por lo que el tallo es frágil y no se sostiene por sí mismo, sino que se cultiva apoyada en una pared o muro.
Estilo: Pertenecen al género de las trepadoras.
Altura: Puede alcanzar un gran tamaño, por lo que hay que podarla con frecuencia.
Cuidado
Abono: Es aconsejable el uso de abonos orgánicos para la fertilización del jazmín, ya sean descompuestos o mezclados con arena en una proporción de una parte de abono por dos de arena de río.
Riego: El riego debe ser regular pero no muy abundante, el intervalo ideal es una vez a la semana si se encuentra en el jardín y cada 3 ó 4 días si está en una maceta.
Luz: Aunque suele crecer en lugares sombreados necesita luz para una floración óptima, sobre todo si se encuentra en el exterior. En el interior, no requiere luz directa
Temperatura: Es muy resistente al frío, pero no tanto al calor, que puede impedir la floración sobre todo si hay humedad en el ambiente. Entre 13ºC y 25ºC es la temperatura ideal
Poda: Es una planta que puede alcanzar grandes dimensiones, por lo que debemos estar alerta y realizar la poda de forma frecuente para que su tamaño no supere nuestras expectativas.
Sustrato: Puede vivir en una gran variedad de suelos y es indiferente a la cal de los mismos.
Floración: Florece en los meses de verano, desde agosto hasta octubre. Tras ella, la planta debe ser muy podada para que permita una floración más rica sobre las ramas jóvenes al siguiente año.
Plagas y enfermedades: Oídio: las hojas se vuelven blancas a causa de un hongo que las cubre con un polvo de color claro. En ocasiones pueden provocar la caída de las hojas. Para proteger la planta conviene utilizar fungicidas.Pulgón: unos pequeños insectos que se agrupan en colonias y se alimentan de la savia de la planta, debilitándola. Además, segregan una sustancia que atrae a las hormigas. En este caso es conveniente recurrir a los insecticidas. Orugas: las larvas de insecto se alimentan del tejido de las hojas haciendo agujeros en las mismas. Para acabar con ellas, también es necesaria la aplicación de algún repelente de insectos. Cochinillas: son unos insectos trepadores que segregan una sustancia que recubre el tallo y las hojas, provocando la caída de las mismas. Los insecticidas son la solución. Araña roja: pequeños arácnidos forman unas finas telarañas que provocan decoloraciones en la planta. Conviene utilizar algún producto para ahuyentar a los insectos.
Otros datos de interés
¿Jardin o macetero?: Al tratarse de una planta trepadora, lo ideal es disponerla sobre un muro o pared.
Resistencia al frío/calor y humedad: Prefiere los climas fríos.
Posible usos culinarios, salud, cosméticos: Su principal uso va destinado a la decoración, por la vistosidad de las flores. Es ideal para cubrir muros y paredes dándoles un toque alegre y bello. También se utiliza en la elaboración de perfumes debido a su peculiar aroma que gusta a todo el mundo. Además, se utiliza en ambientadores y ahuyentadores de mosquitos.Las infusiones con extractos de jazmín son muy eficaces para remediar afecciones de los ojos. Se le atribuyen también a los aceites esenciales derivados de esta flor propiedades revitalizantes, antidepresivas e incluso afrodisíacas.En cosmética natural, el jazmín es empleado para hidratar pieles delicadas y mejorar el estado de las cicatrices. Por otro lado, es un poderoso relajante muscular y psíquico, ayudando a relajarnos y a mejorar el estado de ánimo. Mediante un pequeño masaje en la zona lumbar y abdomen con extractos de sus aceites esenciales, los dolores menstruales disminuyen.
Curiosidades
El jazmín comprende unas 200 especies, que se clasifican en arbustos y trepadoras. Los más conocidos son el 'Jasminum humile', originario de Italia y de flores amarillas; el 'Jasminum Sambac', procedente de la India, de carácter trepador y con flores blancas dobles dispuestas en racimos; el 'Jasminum nudiflorum', de origen chino, un arbusto con ramas colgantes que llega a alcanzar los tres metros de altura; el 'Jasminum mesnyi', conocido coloquialmente como 'Jazmín de invierno'; y por último, 'Jasminum officinale', el jazmín común, arbusto trepador que alcanza los 10 metros de altura y cuyas flores blancas se caracterizan por su peculiar aroma.
Nombre/s comunes: Jazmín
Origen: Regiones tropicales y subtropicales del Viejo Mundo
Familia: Oleaceaes
Características
Hojas: Se compone de entre 5 y 9 hojas opuestas de color verde oscuro.
Flores: Constituyen su principal atractivo, se disponen en racimos y generalmente son de color blanco, aunque pueden aparecer algunas amarillas debido a la gran variedad de jazmín existente. Su aroma dulzón es inconfundible.
Tallo: Se trata de una planta de porte trepador, por lo que el tallo es frágil y no se sostiene por sí mismo, sino que se cultiva apoyada en una pared o muro.
Estilo: Pertenecen al género de las trepadoras.
Altura: Puede alcanzar un gran tamaño, por lo que hay que podarla con frecuencia.
Cuidado
Abono: Es aconsejable el uso de abonos orgánicos para la fertilización del jazmín, ya sean descompuestos o mezclados con arena en una proporción de una parte de abono por dos de arena de río.
Riego: El riego debe ser regular pero no muy abundante, el intervalo ideal es una vez a la semana si se encuentra en el jardín y cada 3 ó 4 días si está en una maceta.
Luz: Aunque suele crecer en lugares sombreados necesita luz para una floración óptima, sobre todo si se encuentra en el exterior. En el interior, no requiere luz directa
Temperatura: Es muy resistente al frío, pero no tanto al calor, que puede impedir la floración sobre todo si hay humedad en el ambiente. Entre 13ºC y 25ºC es la temperatura ideal
Poda: Es una planta que puede alcanzar grandes dimensiones, por lo que debemos estar alerta y realizar la poda de forma frecuente para que su tamaño no supere nuestras expectativas.
Sustrato: Puede vivir en una gran variedad de suelos y es indiferente a la cal de los mismos.
Floración: Florece en los meses de verano, desde agosto hasta octubre. Tras ella, la planta debe ser muy podada para que permita una floración más rica sobre las ramas jóvenes al siguiente año.
Plagas y enfermedades: Oídio: las hojas se vuelven blancas a causa de un hongo que las cubre con un polvo de color claro. En ocasiones pueden provocar la caída de las hojas. Para proteger la planta conviene utilizar fungicidas.Pulgón: unos pequeños insectos que se agrupan en colonias y se alimentan de la savia de la planta, debilitándola. Además, segregan una sustancia que atrae a las hormigas. En este caso es conveniente recurrir a los insecticidas. Orugas: las larvas de insecto se alimentan del tejido de las hojas haciendo agujeros en las mismas. Para acabar con ellas, también es necesaria la aplicación de algún repelente de insectos. Cochinillas: son unos insectos trepadores que segregan una sustancia que recubre el tallo y las hojas, provocando la caída de las mismas. Los insecticidas son la solución. Araña roja: pequeños arácnidos forman unas finas telarañas que provocan decoloraciones en la planta. Conviene utilizar algún producto para ahuyentar a los insectos.
Otros datos de interés
¿Jardin o macetero?: Al tratarse de una planta trepadora, lo ideal es disponerla sobre un muro o pared.
Resistencia al frío/calor y humedad: Prefiere los climas fríos.
Posible usos culinarios, salud, cosméticos: Su principal uso va destinado a la decoración, por la vistosidad de las flores. Es ideal para cubrir muros y paredes dándoles un toque alegre y bello. También se utiliza en la elaboración de perfumes debido a su peculiar aroma que gusta a todo el mundo. Además, se utiliza en ambientadores y ahuyentadores de mosquitos.Las infusiones con extractos de jazmín son muy eficaces para remediar afecciones de los ojos. Se le atribuyen también a los aceites esenciales derivados de esta flor propiedades revitalizantes, antidepresivas e incluso afrodisíacas.En cosmética natural, el jazmín es empleado para hidratar pieles delicadas y mejorar el estado de las cicatrices. Por otro lado, es un poderoso relajante muscular y psíquico, ayudando a relajarnos y a mejorar el estado de ánimo. Mediante un pequeño masaje en la zona lumbar y abdomen con extractos de sus aceites esenciales, los dolores menstruales disminuyen.
Curiosidades
El jazmín comprende unas 200 especies, que se clasifican en arbustos y trepadoras. Los más conocidos son el 'Jasminum humile', originario de Italia y de flores amarillas; el 'Jasminum Sambac', procedente de la India, de carácter trepador y con flores blancas dobles dispuestas en racimos; el 'Jasminum nudiflorum', de origen chino, un arbusto con ramas colgantes que llega a alcanzar los tres metros de altura; el 'Jasminum mesnyi', conocido coloquialmente como 'Jazmín de invierno'; y por último, 'Jasminum officinale', el jazmín común, arbusto trepador que alcanza los 10 metros de altura y cuyas flores blancas se caracterizan por su peculiar aroma.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Clavel
Nombre Científico: Dianthus caryophyllus
De la familia: Caryophyllaceae
Orígen: Zona mediterránea.
Descripción
Se trata de un género compuesto por más de 250 especies diferentes, entre las que destacan por su popularidad el Dianthus barbatus, el caryophyllus, el chinensis o el deltoides.
En función de la especie puede ser anual (sólo viven un año) o vivaz (duran varios años). De base leñosa, sus tallos que pueden alcanzar los 90 cm.
Sus hojas son de carácter perenne, lineares, blandas y planas, con base envainadora.
Puede presentar tres tipos de flores en función de su tamaño: la 'standard' o 'uniflora', más grande, y las 'mini' o 'spray', conocidas en España como 'clavelina' y 'micro'.
Floración: los continuos cruces que se han ido realizando entre las distintas variedades han hecho que, hoy por hoy, la mayoría de los claveles tengan una floración continua, siempre y cuando la temperatura no baje de los 10º C. Los colores más comunes son el rosa, el blanco y el rojo. Nacen en grupos de una a cinco flores, con pétalos dentados y cáliz con dientes triangulares.
Cuidados
Riego: el clavel necesita riegos constantes pero en cantidades moderadas, ya que podemos llegar a pudrir sus tallos. En primavera y verano, lo haremos diariamente.
Luz: a pleno sol, es una planta que necesita mucha luz para desarrollar flores grandes y vigorosas.
Tipo de suelo: se recomienda que sea poroso y rico, con un buen drenaje. Además, la mayoría de las especies requieren tierras calcáreas.
Abonado: en este apartado, el clavel es una planta que necesita un importante aporte de nutrientes. Durante los meses de calor, aplicaremos una dosis de abono una vez por semana. El resto del año, basta con hacerlo de forma mensual.
Multiplicación:se realiza a través de esquejes bien entrada la primavera. En el caso de las bienales, el cultivo comenzará a principios de verano. Si hemos de realizar trasplantes, el momento más adecuado será en otoño. También es posible reproducirla mediante semillas en primavera; suelen germinar a las tres semanas.
Curiosidades
Es una de las flores más representativas de nuestro país. Durante la Semana Santa, es la más popular en los pasos religiosos, dada su vistosidad y el buen aguante de su flor cortada.
Gracias al pinzamiento podemos conseguir flores más grandes, pero si lo hacemos muy alto serán demasiado débiles. Conviene hacer dos distintos, uno por encima del cuarto nudo, y otro pinzamiento a los dos meses sobre el tercer nudo.
Se trata de una planta sensible a enfermedades como la roya, que provoca la aparición de manchas tanto en las hojas como en el tallo y suelen aparecer en épocas templadas, como el otoño y la primavera.
De la familia: Caryophyllaceae
Orígen: Zona mediterránea.
Descripción
Se trata de un género compuesto por más de 250 especies diferentes, entre las que destacan por su popularidad el Dianthus barbatus, el caryophyllus, el chinensis o el deltoides.
En función de la especie puede ser anual (sólo viven un año) o vivaz (duran varios años). De base leñosa, sus tallos que pueden alcanzar los 90 cm.
Sus hojas son de carácter perenne, lineares, blandas y planas, con base envainadora.
Puede presentar tres tipos de flores en función de su tamaño: la 'standard' o 'uniflora', más grande, y las 'mini' o 'spray', conocidas en España como 'clavelina' y 'micro'.
Floración: los continuos cruces que se han ido realizando entre las distintas variedades han hecho que, hoy por hoy, la mayoría de los claveles tengan una floración continua, siempre y cuando la temperatura no baje de los 10º C. Los colores más comunes son el rosa, el blanco y el rojo. Nacen en grupos de una a cinco flores, con pétalos dentados y cáliz con dientes triangulares.
Cuidados
Riego: el clavel necesita riegos constantes pero en cantidades moderadas, ya que podemos llegar a pudrir sus tallos. En primavera y verano, lo haremos diariamente.
Luz: a pleno sol, es una planta que necesita mucha luz para desarrollar flores grandes y vigorosas.
Tipo de suelo: se recomienda que sea poroso y rico, con un buen drenaje. Además, la mayoría de las especies requieren tierras calcáreas.
Abonado: en este apartado, el clavel es una planta que necesita un importante aporte de nutrientes. Durante los meses de calor, aplicaremos una dosis de abono una vez por semana. El resto del año, basta con hacerlo de forma mensual.
Multiplicación:se realiza a través de esquejes bien entrada la primavera. En el caso de las bienales, el cultivo comenzará a principios de verano. Si hemos de realizar trasplantes, el momento más adecuado será en otoño. También es posible reproducirla mediante semillas en primavera; suelen germinar a las tres semanas.
Curiosidades
Es una de las flores más representativas de nuestro país. Durante la Semana Santa, es la más popular en los pasos religiosos, dada su vistosidad y el buen aguante de su flor cortada.
Gracias al pinzamiento podemos conseguir flores más grandes, pero si lo hacemos muy alto serán demasiado débiles. Conviene hacer dos distintos, uno por encima del cuarto nudo, y otro pinzamiento a los dos meses sobre el tercer nudo.
Se trata de una planta sensible a enfermedades como la roya, que provoca la aparición de manchas tanto en las hojas como en el tallo y suelen aparecer en épocas templadas, como el otoño y la primavera.
viernes, 19 de septiembre de 2008
Gardenia
Nombre Científico: Gardenia jasminoides
Nombre/s comunes: Gardenia, Jazmín del Cabo
De la familia: Rubiáceas
Orígen: Sudáfrica y Asia oriental
Descripción
Hojas: Es un arbusto de hoja perenne, con hojas carnosas, ovaladas y de color verde oscuro brillante.
Flores: Poseen un tono crema ligeramente amarillento y producen un intenso y agradable aroma. Pueden llegar a ser bastante grandes, midiendo hasta 10 cm. de diámetro.
Tallo: Presenta una estructura muy ramificada.
Altura: El arbusto, en su conjunto, puede llegar a alcanzar los dos metros de altura.
Cuidados
Abono: A menudo, requiere la ayuda de abonos ricos en potasio para que sus flores sean lo más hermosas posible, y nitrógeno, para que adquiera vigor cuando se está desarrollando.
Riego: Aunque no debemos pasarnos de agua ni encharcar el suelo, tendremos que mantener el terreno húmedo. Se regará menos en época de desarrollo. Lo mejor es utilizar agua de lluvia sin cal, que suele tener en gran cantidad la del grifo. La clorosis, o el amarilleo de las hojas, se suele deber a carencias de hierro en el agua.
Luz: No requiere mucha luz, y prefiere que ésta no incida directamente sobre ella, por eso lo mejor es cultivarla en semisombra. Puede ser conveniente que tome algo de sol de las horas en las que la luz no es muy intensa.
Temperatura: Los climas templados y cálidos son los ideales para la gardenia: entre 15º C y 30º C. Las temperaturas frescas de las noches de finales de septiembre servirán para favorecer la aparición de flores durante el invierno.
Poda: Cuando finaliza la floración, estamos ante la mejor época para podar si tenemos ya un arbusto consistente. Debemos retirar las flores que se han marchitado, para que la planta siga teniendo buenas floraciones en las siguientes temporadas.
Sustrato: El mejor suelo para cultivar gardenias es aquel que está bien drenado y es ácido, con un pH de entre 5 y 6,5.
Trasplante: El trasplantado se realiza antes de que comience la brotadura, las plantas viejas como máximo cada 3-4 años, teniendo cuidado de no dañar sus raíces. No se debe colocar la planta a mayor profundidad.
Multiplicación: La propagación de la gardenia se puede realizar por esquejes y a través de cultivo in-vitro. En primavera se puede multiplicar mediante esquejes.
Floración: Las flores aparecen entre mayo y octubre.
Temporada: Las temporadas más adecuadas para su cultivo son la primavera y el otoño.
Otros datos de interés
Plagas y enfermedades: Los peligros más frecuentes a los que se expone esta planta son el ataque de ácaros como la araña roja y la mosca blanca. La primera plaga se trata de unos insectos de unos 0,5 cm que apenas se aprecian a simple vista y que atacan las hojas originando un punteado amarillo que en ocasiones provoca la caída de las mismas. Estos bichos no soportan el agua, por lo que es necesario pulverizar la gardenia de forma frecuente para acabar con esta plaga.En cuanto a la mosca blanca, se trata de un pequeño insecto de unos 2 mm que picotea las hojas para absorver la savia dejando un excremento que favorece la aparición de hongos que ennegrecen las hojas, que quedan envueltas en una sustancia pegajosa y brillante que acaba con su caída. Un remedio a este problema consiste en lavar la planta con abundante agua y jabón o plantar cerca especies aromáticas, que tienen un efecto repelente sobre este insecto.
Jardín o macetero: En invierno, conviene tener la gardenia en una maceta para introducirla en el interior de nuestra casa y protegerla así del frío.
Resistencia al frío/calor y humedad: En la estación invernal, si tenemos la gardenia en una maceta, es mejor resguardarla en el interior, pues no soporta las heladas.
Posibles usos culinarios, salud, cosméticos: El mayor atractivo de la gardenia es su empleo como planta ornamental en macetas por su aroma y la belleza de sus flores. Su fragancia se emplea en la elaboración de perfumes, pero también contiene sustancias con diversas propiedades. De ella se extrae un pigmento amarillo que evita la oxidación de los alimentos procesados. También se extrae un pigmento azul oscuro que se utiliza como colorante alimenticio. El ácido gardénico es utilizado en medicina para provocar abortos a principios del embarazo y de sus hojas se extraen sustancias que se emplean en la medicina tradicional china para tratar enfermedades como la leucemia.
Curiosidades
Aunque se trata de un arbusto cultivado durante muchos años en Occidente por sus hermosas flores, en realidad, la gardenia procede de lugares paradisíacos y exóticos. Los orígenes se encuentran en Sudáfrica y Asia Oriental. Existen dos variedades: la asiática tiene por nombre científico ‘Gardenia jasminoides’ y es la más extendida en Europa. Procedente de África es la ‘Gardenia thunbergia’, que sirve de modelo genético para otras variedades de gardenias. Su nombre proviene de un botánico sueco, Thunberg.
Nombre/s comunes: Gardenia, Jazmín del Cabo
De la familia: Rubiáceas
Orígen: Sudáfrica y Asia oriental
Descripción
Hojas: Es un arbusto de hoja perenne, con hojas carnosas, ovaladas y de color verde oscuro brillante.
Flores: Poseen un tono crema ligeramente amarillento y producen un intenso y agradable aroma. Pueden llegar a ser bastante grandes, midiendo hasta 10 cm. de diámetro.
Tallo: Presenta una estructura muy ramificada.
Altura: El arbusto, en su conjunto, puede llegar a alcanzar los dos metros de altura.
Cuidados
Abono: A menudo, requiere la ayuda de abonos ricos en potasio para que sus flores sean lo más hermosas posible, y nitrógeno, para que adquiera vigor cuando se está desarrollando.
Riego: Aunque no debemos pasarnos de agua ni encharcar el suelo, tendremos que mantener el terreno húmedo. Se regará menos en época de desarrollo. Lo mejor es utilizar agua de lluvia sin cal, que suele tener en gran cantidad la del grifo. La clorosis, o el amarilleo de las hojas, se suele deber a carencias de hierro en el agua.
Luz: No requiere mucha luz, y prefiere que ésta no incida directamente sobre ella, por eso lo mejor es cultivarla en semisombra. Puede ser conveniente que tome algo de sol de las horas en las que la luz no es muy intensa.
Temperatura: Los climas templados y cálidos son los ideales para la gardenia: entre 15º C y 30º C. Las temperaturas frescas de las noches de finales de septiembre servirán para favorecer la aparición de flores durante el invierno.
Poda: Cuando finaliza la floración, estamos ante la mejor época para podar si tenemos ya un arbusto consistente. Debemos retirar las flores que se han marchitado, para que la planta siga teniendo buenas floraciones en las siguientes temporadas.
Sustrato: El mejor suelo para cultivar gardenias es aquel que está bien drenado y es ácido, con un pH de entre 5 y 6,5.
Trasplante: El trasplantado se realiza antes de que comience la brotadura, las plantas viejas como máximo cada 3-4 años, teniendo cuidado de no dañar sus raíces. No se debe colocar la planta a mayor profundidad.
Multiplicación: La propagación de la gardenia se puede realizar por esquejes y a través de cultivo in-vitro. En primavera se puede multiplicar mediante esquejes.
Floración: Las flores aparecen entre mayo y octubre.
Temporada: Las temporadas más adecuadas para su cultivo son la primavera y el otoño.
Otros datos de interés
Plagas y enfermedades: Los peligros más frecuentes a los que se expone esta planta son el ataque de ácaros como la araña roja y la mosca blanca. La primera plaga se trata de unos insectos de unos 0,5 cm que apenas se aprecian a simple vista y que atacan las hojas originando un punteado amarillo que en ocasiones provoca la caída de las mismas. Estos bichos no soportan el agua, por lo que es necesario pulverizar la gardenia de forma frecuente para acabar con esta plaga.En cuanto a la mosca blanca, se trata de un pequeño insecto de unos 2 mm que picotea las hojas para absorver la savia dejando un excremento que favorece la aparición de hongos que ennegrecen las hojas, que quedan envueltas en una sustancia pegajosa y brillante que acaba con su caída. Un remedio a este problema consiste en lavar la planta con abundante agua y jabón o plantar cerca especies aromáticas, que tienen un efecto repelente sobre este insecto.
Jardín o macetero: En invierno, conviene tener la gardenia en una maceta para introducirla en el interior de nuestra casa y protegerla así del frío.
Resistencia al frío/calor y humedad: En la estación invernal, si tenemos la gardenia en una maceta, es mejor resguardarla en el interior, pues no soporta las heladas.
Posibles usos culinarios, salud, cosméticos: El mayor atractivo de la gardenia es su empleo como planta ornamental en macetas por su aroma y la belleza de sus flores. Su fragancia se emplea en la elaboración de perfumes, pero también contiene sustancias con diversas propiedades. De ella se extrae un pigmento amarillo que evita la oxidación de los alimentos procesados. También se extrae un pigmento azul oscuro que se utiliza como colorante alimenticio. El ácido gardénico es utilizado en medicina para provocar abortos a principios del embarazo y de sus hojas se extraen sustancias que se emplean en la medicina tradicional china para tratar enfermedades como la leucemia.
Curiosidades
Aunque se trata de un arbusto cultivado durante muchos años en Occidente por sus hermosas flores, en realidad, la gardenia procede de lugares paradisíacos y exóticos. Los orígenes se encuentran en Sudáfrica y Asia Oriental. Existen dos variedades: la asiática tiene por nombre científico ‘Gardenia jasminoides’ y es la más extendida en Europa. Procedente de África es la ‘Gardenia thunbergia’, que sirve de modelo genético para otras variedades de gardenias. Su nombre proviene de un botánico sueco, Thunberg.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Orquidea
Características
El nombre científico de esta familia procede del griego Orchis, que quiere decir testículo, y hace referencia a la forma de sus tubérculos radicales. Son de los organismos vivos más números del reino vegetal con más de 35.000 especies que, especialmente en las zonas tropicales, se caracterizan por tener flores muy grandes y vistosas. Pueden vivir entre cincuenta y setenta años y, por ser de lento crecimiento, se estima que transcurren unos cuatro años desde la germinación de la semilla hasta que se obtiene la primera flor. Se considera la familia más evolucionada de todas las fanerógamas, puesto que a través del tiempo han conseguido que sus flores tengan el aspecto de los insectos que las polinizan, abejas y abejorros fundamentalmente.
Quizás la más importante de las peculiaridades que poseen es que una orquídea de cierta especie puede ser fecundada por una de diferente género, de cuya relación surge un híbrido que compartirá las características de sus padres biológicos. Asimismo, es la única especie de flores que tiene los órganos sexuales fundidos en una sola estructura, a la que se denomina columna, y que integra a los estambres y pistilos.
En contraposición a lo que se pensaba en el pasado, las orquídeas no son plantas parásitas por no necesitar tierra para nutrirse. Son epifitas, es decir, que se trata de un vegetal que vive sobre otra planta, pero sin tomar nada de ella ya que se alimenta de los desperdicios animales y vegetales que se depositan en las raíces. Incluso, algunas especies que requieren un suelo más ácido, al no encontrarlo, permiten que las hormigas, que aumentan su acidez, vivan dentro de ellas.
La mayor variedad de las orquídeas crece en las áreas tropicales y las más extrañas florecen bajo las tierras de Australia. La belleza y rareza de algunas de estas especies silvestres hace que sean objeto de comercio causando su amenaza de extinción.
Cuidados de la planta
Este tipo de plantas no germina fácilmente fuera de su hábitat natural, debido a que requieren la asociación con hongos que las provean de nutrientes. Deben cultivarse en un sustrato compuesto de turba, raíces de helechos, fragmentos de poliestireno o carbón de leña y arena, con una aportación de mantillo de compost que sirva como reserva alimenticia. Las raíces deben estar cerca de la superficie. La temperatura en invierno no ha de ser muy alta y en primavera se debe aumentar el riego después de la salida de los primeros brotes florales. En un medio seco, a riesgo de que se pudran las plantas, y antes de que florezcan, es bueno pulverizar
El nombre científico de esta familia procede del griego Orchis, que quiere decir testículo, y hace referencia a la forma de sus tubérculos radicales. Son de los organismos vivos más números del reino vegetal con más de 35.000 especies que, especialmente en las zonas tropicales, se caracterizan por tener flores muy grandes y vistosas. Pueden vivir entre cincuenta y setenta años y, por ser de lento crecimiento, se estima que transcurren unos cuatro años desde la germinación de la semilla hasta que se obtiene la primera flor. Se considera la familia más evolucionada de todas las fanerógamas, puesto que a través del tiempo han conseguido que sus flores tengan el aspecto de los insectos que las polinizan, abejas y abejorros fundamentalmente.
Quizás la más importante de las peculiaridades que poseen es que una orquídea de cierta especie puede ser fecundada por una de diferente género, de cuya relación surge un híbrido que compartirá las características de sus padres biológicos. Asimismo, es la única especie de flores que tiene los órganos sexuales fundidos en una sola estructura, a la que se denomina columna, y que integra a los estambres y pistilos.
En contraposición a lo que se pensaba en el pasado, las orquídeas no son plantas parásitas por no necesitar tierra para nutrirse. Son epifitas, es decir, que se trata de un vegetal que vive sobre otra planta, pero sin tomar nada de ella ya que se alimenta de los desperdicios animales y vegetales que se depositan en las raíces. Incluso, algunas especies que requieren un suelo más ácido, al no encontrarlo, permiten que las hormigas, que aumentan su acidez, vivan dentro de ellas.
La mayor variedad de las orquídeas crece en las áreas tropicales y las más extrañas florecen bajo las tierras de Australia. La belleza y rareza de algunas de estas especies silvestres hace que sean objeto de comercio causando su amenaza de extinción.
Cuidados de la planta
Este tipo de plantas no germina fácilmente fuera de su hábitat natural, debido a que requieren la asociación con hongos que las provean de nutrientes. Deben cultivarse en un sustrato compuesto de turba, raíces de helechos, fragmentos de poliestireno o carbón de leña y arena, con una aportación de mantillo de compost que sirva como reserva alimenticia. Las raíces deben estar cerca de la superficie. La temperatura en invierno no ha de ser muy alta y en primavera se debe aumentar el riego después de la salida de los primeros brotes florales. En un medio seco, a riesgo de que se pudran las plantas, y antes de que florezcan, es bueno pulverizar
sábado, 6 de septiembre de 2008
Ardisia
Nombre Científico: Ardisia crenata
De la familia: Myrsinaceae
Origen: Sudeste asiático
Descripción
Pertenece al género de las Ardisias, formado por cerca de 500 especies distintas. Las más comunes son la 'crenata' y la 'crispa'.
Es un arbusto apto para tener dentro de casa o en el jardín, siempre y cuando nuestro clima no sea demasiado frío.
Sus hojas, perennes y de color verde oscuro, presentan dientes redondeados. Se caracterizan, además, por ser bastante duras sin perder flexibilidad.
Su altura varía entre medio metro y un metro, mientras que la copa puede llegar a medir 45 cm. de ancho.
Floración: a finales de primavera o principios de verano. La Ardisia crenata presenta flores en forma de estrella, muy aromáticas, que duran hasta el comienzo del otoño, momento en que empiezan a aparecer los primeros frutos, que aguantan todo el invierno. Éstos son en forma de baya, de color rojo, muy útiles para adornar tu casa en Navidad.
Cuidados
Riego: en épocas de frío conviene regarla de forma moderada, incrementando la frecuencia durante el verano (dos veces por semana son suficientes). Durante el invierno, comprobar que el sustrato está seco antes de cada riego para evitar la putrefacción de sus raíces.
Luz: no conviene que los rayos del sol incidan directamente sobre ella. Podemos colocarla detrás de una cortina o en algún sitio donde esté en semisombra. Tampoco le vienen bien las corrientes de aire; mejor buscar un sitio tranquilo para ponerla.
Tipo de suelo: a ser posible con gran cantidad de humus, para conseguir un buen drenaje. Mezclar arena y turba a partes iguales. En época de calor conviene mantenerlo húmedo.
Abonado: durante la floración, abonaremos la ardisia una vez al mes con fertilizante rico en azufre o potasio, combinándolo con el agua del riego.
Multiplicación: podemos optar por semillas o esquejes. Estos últimos conviene plantarlos en primavera, con una temperatura media de 25º C. Suelen tardar unos dos meses en arraigar. Si optamos por utilizar sus semillas, no hay problema en plantarlas en el mismo momento de su recolección, especialmente en invierno.
Curiosidades
Es recomendable mantener la planta húmeda durante el verano. Para ello, podemos colocar un plato con agua y guijarros justo debajo, o bien pulverizar sus hojas con agua no calcárea.
La Ardisia japonica es una de las 50 hierbas fundamentales dentro de la medicina china.
Si logramos conservarla a una temperatura media de 15º C , conseguiremos que sus frutos aguanten hasta bien entrada la primavera.
La planta te agradecerá un cambio de maceta cada año, aprovechando el buen clima de la primavera. Recuerda que su nuevo contenedor debe ser un poco más grande que el anterior.
Para estimular la formación de frutos, una buena idea es frotar las flores, mejorando así su polinización.
De la familia: Myrsinaceae
Origen: Sudeste asiático
Descripción
Pertenece al género de las Ardisias, formado por cerca de 500 especies distintas. Las más comunes son la 'crenata' y la 'crispa'.
Es un arbusto apto para tener dentro de casa o en el jardín, siempre y cuando nuestro clima no sea demasiado frío.
Sus hojas, perennes y de color verde oscuro, presentan dientes redondeados. Se caracterizan, además, por ser bastante duras sin perder flexibilidad.
Su altura varía entre medio metro y un metro, mientras que la copa puede llegar a medir 45 cm. de ancho.
Floración: a finales de primavera o principios de verano. La Ardisia crenata presenta flores en forma de estrella, muy aromáticas, que duran hasta el comienzo del otoño, momento en que empiezan a aparecer los primeros frutos, que aguantan todo el invierno. Éstos son en forma de baya, de color rojo, muy útiles para adornar tu casa en Navidad.
Cuidados
Riego: en épocas de frío conviene regarla de forma moderada, incrementando la frecuencia durante el verano (dos veces por semana son suficientes). Durante el invierno, comprobar que el sustrato está seco antes de cada riego para evitar la putrefacción de sus raíces.
Luz: no conviene que los rayos del sol incidan directamente sobre ella. Podemos colocarla detrás de una cortina o en algún sitio donde esté en semisombra. Tampoco le vienen bien las corrientes de aire; mejor buscar un sitio tranquilo para ponerla.
Tipo de suelo: a ser posible con gran cantidad de humus, para conseguir un buen drenaje. Mezclar arena y turba a partes iguales. En época de calor conviene mantenerlo húmedo.
Abonado: durante la floración, abonaremos la ardisia una vez al mes con fertilizante rico en azufre o potasio, combinándolo con el agua del riego.
Multiplicación: podemos optar por semillas o esquejes. Estos últimos conviene plantarlos en primavera, con una temperatura media de 25º C. Suelen tardar unos dos meses en arraigar. Si optamos por utilizar sus semillas, no hay problema en plantarlas en el mismo momento de su recolección, especialmente en invierno.
Curiosidades
Es recomendable mantener la planta húmeda durante el verano. Para ello, podemos colocar un plato con agua y guijarros justo debajo, o bien pulverizar sus hojas con agua no calcárea.
La Ardisia japonica es una de las 50 hierbas fundamentales dentro de la medicina china.
Si logramos conservarla a una temperatura media de 15º C , conseguiremos que sus frutos aguanten hasta bien entrada la primavera.
La planta te agradecerá un cambio de maceta cada año, aprovechando el buen clima de la primavera. Recuerda que su nuevo contenedor debe ser un poco más grande que el anterior.
Para estimular la formación de frutos, una buena idea es frotar las flores, mejorando así su polinización.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Frambueso
Nombre Científico: Rubus idaeus
De la familia: Rosáceas
Origen: Este asiático y Norteamérica
Descripción
Se trata de un arbusto que pertenece al género Rubus, cuyas especies más conocidas son el Rubus idaeus, Rubus strigosus y Rubus occidentalis.
Puede llegar a alcanzar los 60 cm de altura, creciendo en forma de mata, y suele encontrarse salvaje en terrenos ricos en granito.
Sus vástagos se desarrollan durante el primer año, fructifican a lo largo del segundo, y poco después mueren para dejar paso a nuevas ramas aéreas.
Sus hojas son de carácter compuesto, con los bordes de sierra, formadas por 5 foliolos. Presentan un color verde muy fuerte, con un tono más apagado en la otra cara.
Floración: se produce a mediados de primavera y suele durar, aproximadamente, un mes. Su flor, muy pequeña, está formada por cinco pétalos y un cáliz en forma de estrella. El fruto, compuesto por distintas drupas convexas, surge una vez la flor ha sido fecundada, y su maduración dura cuatro semanas.
Cuidados
Riego: durante las épocas de frío, podemos regar el frambueso una vez cada quince días. Con la llegada del calor y las primeras floraciones, conviene aumentar la frecuencia una vez por semana, hasta finales de otoño.
Luz: conviene plantarlo en un sitio con semisombra, ya que el sol directo estival puede ser perjudicial. Debemos vigilar el viento, ya que puede tirar los frutos maduros (muy sensibles) y dañar los tallos fructíferos. Busca un sitio donde esté resguardado.
Tipo de suelo: es fundamental enriquecer previamente el suelo de cultivo con abono orgánico. La tierra debe ser suelta, con buen drenaje y capacidad para retener la humedad, no el agua. El pH ideal está entre 5.5 y 7.0.
Abonado: si realizamos la plantación a comienzos del año, pasadas las heladas más duras, conviene aplicar una dosis de fertilizante nitrogenado en ese momento, otra en abril-mayo, y por último, otra cuando hayamos terminado la recolección de frutos.
Multiplicación: se puede realizar directamente por esqueje durante el otoño, utilizando los vástagos más jóvenes de la planta. También se puede llevar a cabo por división de nuevos brotes, aunque es más difícil que luego salga adelante.
Curiosidades
Conviene dejar una distancia mínima de 50 cm entre cada planta para asegurar su buen crecimiento.
La recolección de su fruto debe hacerse con mucho cuidado, ya que es muy delicado. Es aconsejable utilizar unas tijeras para cortar directamente su rabillo y que caiga en el recipiente. Así evitamos manipularlo con las manos.
La frambuesa empieza a perder cualidades a las pocas horas de ser recolectada, por eso se aconseja consumirla de forma casi inmediata.
Algunos frambuesos pueden tener la particularidad de ser reflorecientes, regalándonos una cosecha en verano y otra bien entrado el otoño.
De la familia: Rosáceas
Origen: Este asiático y Norteamérica
Descripción
Se trata de un arbusto que pertenece al género Rubus, cuyas especies más conocidas son el Rubus idaeus, Rubus strigosus y Rubus occidentalis.
Puede llegar a alcanzar los 60 cm de altura, creciendo en forma de mata, y suele encontrarse salvaje en terrenos ricos en granito.
Sus vástagos se desarrollan durante el primer año, fructifican a lo largo del segundo, y poco después mueren para dejar paso a nuevas ramas aéreas.
Sus hojas son de carácter compuesto, con los bordes de sierra, formadas por 5 foliolos. Presentan un color verde muy fuerte, con un tono más apagado en la otra cara.
Floración: se produce a mediados de primavera y suele durar, aproximadamente, un mes. Su flor, muy pequeña, está formada por cinco pétalos y un cáliz en forma de estrella. El fruto, compuesto por distintas drupas convexas, surge una vez la flor ha sido fecundada, y su maduración dura cuatro semanas.
Cuidados
Riego: durante las épocas de frío, podemos regar el frambueso una vez cada quince días. Con la llegada del calor y las primeras floraciones, conviene aumentar la frecuencia una vez por semana, hasta finales de otoño.
Luz: conviene plantarlo en un sitio con semisombra, ya que el sol directo estival puede ser perjudicial. Debemos vigilar el viento, ya que puede tirar los frutos maduros (muy sensibles) y dañar los tallos fructíferos. Busca un sitio donde esté resguardado.
Tipo de suelo: es fundamental enriquecer previamente el suelo de cultivo con abono orgánico. La tierra debe ser suelta, con buen drenaje y capacidad para retener la humedad, no el agua. El pH ideal está entre 5.5 y 7.0.
Abonado: si realizamos la plantación a comienzos del año, pasadas las heladas más duras, conviene aplicar una dosis de fertilizante nitrogenado en ese momento, otra en abril-mayo, y por último, otra cuando hayamos terminado la recolección de frutos.
Multiplicación: se puede realizar directamente por esqueje durante el otoño, utilizando los vástagos más jóvenes de la planta. También se puede llevar a cabo por división de nuevos brotes, aunque es más difícil que luego salga adelante.
Curiosidades
Conviene dejar una distancia mínima de 50 cm entre cada planta para asegurar su buen crecimiento.
La recolección de su fruto debe hacerse con mucho cuidado, ya que es muy delicado. Es aconsejable utilizar unas tijeras para cortar directamente su rabillo y que caiga en el recipiente. Así evitamos manipularlo con las manos.
La frambuesa empieza a perder cualidades a las pocas horas de ser recolectada, por eso se aconseja consumirla de forma casi inmediata.
Algunos frambuesos pueden tener la particularidad de ser reflorecientes, regalándonos una cosecha en verano y otra bien entrado el otoño.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Albahaca
Nombre científico: Ocimum basilicum
Nombre/s comunes: Albahaca, Alhábega, Alfábega, Basílico, Hierba real, Hierba de los reyes, Alfavaca, Albahaca de limón, Albahaca francesa, Albahaca mondonguera, Albahaca moruna, Albahaquita.
Origen: India
Familia: Labiatae
Características
Hojas:Son de color verde lustroso, ovales, dentadas y de textura sedosa. Desprenden un agradable perfume.
Flores: Se agrupan en pequeñas espigas y son de color blanco o lavanda.
Tallo: Es erecto y alcanza casi medio metro.
Estilo: Planta aromática anual.
Altura: El crecimiento es bajo (entre 40-60 cm).
Cuidado
Siembra: Es muy sencilla. Se cultiva únicamente por semillas, que se siembran en semilleros a finales de invierno o en macetas en un invernadero a principios o mediados de la primavera.
Abono: Hay que abonar el suelo antes de la siembra, empleando productos orgánicos y sin añadir fertilizantes en exceso para no sacrificar el sabor de las hojas.
Riego: Debe ser muy abundante, sin llegar al encharcamiento.
Luz: Debe estar a pleno sol o a media sombra.
Temperatura: Prefiere los climas cálidos, es una planta muy sensible a las heladas.
Poda: Para que crezca sana y con un follaje abundante debemos recortar sus hojas de forma periódica cada dos o tres semanas. Así estimularemos su crecimiento a la vez que eliminamos las malas hierbas.
Sustrato: Se debe plantar en suelos húmedos, ricos y con buen drenaje.
Trasplante: La cultivaremos en semilleros y, una vez que crezca, la trasplantamos al suelo o a una maceta a finales de verano, intentando no dañar las raíces.
Floración: La albahaca florece en el verano.
Plagas y enfermedades: Las plantas tiernas son sensibles a las plagas de caracol.
Otros datos de interés
¿Jardin o macetero?: Es indiferente.
Resistencia al frío/calor y humedad: No resiste las heladas.
Recolección y mantenimiento: Se recoge tierna, antes de la floración. Para que sus propiedades duren más tiempo es necesario secar las hojas tiernas dispuestas boca abajo en un lugar ventilado y oscuro. Cuando estén secas se trituran y se almacenan en frascos de vidrio. Si no se quieren someter al proceso de secado también se pueden congelar.
Posible usos culinarios, salud, cosméticos: La parte que se utiliza en la cocina son las hojas. Las frescas poseen más sabor y son muy apropiadas en los guisos de huevo, como tortillas y revuelto; y también en pescados como salmonete y langosta. Son excelentes acompañantes de verduras como berenjenas, pimentones y tomates y constituyen uno de los principales ingredientes de multitud de salsas. Las hojas secas, por su parte, se utilizan para preparar jugos, sopas y estofados, a los que les da un punto amargo.También se emplea como ingrediente en la herboristería, en bebidas energéticas, infusiones para combatir la halitosis y como remedio natural contra la caída del cabello.
Nombre/s comunes: Albahaca, Alhábega, Alfábega, Basílico, Hierba real, Hierba de los reyes, Alfavaca, Albahaca de limón, Albahaca francesa, Albahaca mondonguera, Albahaca moruna, Albahaquita.
Origen: India
Familia: Labiatae
Características
Hojas:Son de color verde lustroso, ovales, dentadas y de textura sedosa. Desprenden un agradable perfume.
Flores: Se agrupan en pequeñas espigas y son de color blanco o lavanda.
Tallo: Es erecto y alcanza casi medio metro.
Estilo: Planta aromática anual.
Altura: El crecimiento es bajo (entre 40-60 cm).
Cuidado
Siembra: Es muy sencilla. Se cultiva únicamente por semillas, que se siembran en semilleros a finales de invierno o en macetas en un invernadero a principios o mediados de la primavera.
Abono: Hay que abonar el suelo antes de la siembra, empleando productos orgánicos y sin añadir fertilizantes en exceso para no sacrificar el sabor de las hojas.
Riego: Debe ser muy abundante, sin llegar al encharcamiento.
Luz: Debe estar a pleno sol o a media sombra.
Temperatura: Prefiere los climas cálidos, es una planta muy sensible a las heladas.
Poda: Para que crezca sana y con un follaje abundante debemos recortar sus hojas de forma periódica cada dos o tres semanas. Así estimularemos su crecimiento a la vez que eliminamos las malas hierbas.
Sustrato: Se debe plantar en suelos húmedos, ricos y con buen drenaje.
Trasplante: La cultivaremos en semilleros y, una vez que crezca, la trasplantamos al suelo o a una maceta a finales de verano, intentando no dañar las raíces.
Floración: La albahaca florece en el verano.
Plagas y enfermedades: Las plantas tiernas son sensibles a las plagas de caracol.
Otros datos de interés
¿Jardin o macetero?: Es indiferente.
Resistencia al frío/calor y humedad: No resiste las heladas.
Recolección y mantenimiento: Se recoge tierna, antes de la floración. Para que sus propiedades duren más tiempo es necesario secar las hojas tiernas dispuestas boca abajo en un lugar ventilado y oscuro. Cuando estén secas se trituran y se almacenan en frascos de vidrio. Si no se quieren someter al proceso de secado también se pueden congelar.
Posible usos culinarios, salud, cosméticos: La parte que se utiliza en la cocina son las hojas. Las frescas poseen más sabor y son muy apropiadas en los guisos de huevo, como tortillas y revuelto; y también en pescados como salmonete y langosta. Son excelentes acompañantes de verduras como berenjenas, pimentones y tomates y constituyen uno de los principales ingredientes de multitud de salsas. Las hojas secas, por su parte, se utilizan para preparar jugos, sopas y estofados, a los que les da un punto amargo.También se emplea como ingrediente en la herboristería, en bebidas energéticas, infusiones para combatir la halitosis y como remedio natural contra la caída del cabello.
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